Millones de estadounidenses sufren de enfermedad arterial periférica, pero no reciben tratamiento médico, lo que los pone en riesgo de problemas cardiacos potencialmente letales, encuentra un estudio reciente.
Los que tenían la afección pero no tomaban medicamentos eran más propensos a morir por todas las causas en el periodo estudiado, aunque no está claro cómo la enfermedad afectaba su salud específicamente, señalaron los investigadores.
Los hallazgos, que aparecen en línea el 20 de junio como adelanto de la publicación en una próxima edición impresa de la revista Circulation, refuerzan la creencia de que la enfermedad arterial periférica, o EAP, es una señal precoz de advertencia sobre posibles vasos sanguíneos obstruidos en otros lugares del organismo, señaló la autora líder del estudio, la Dra. Reena L. Pande, cardióloga y profesora asociada de la Facultad de medicina de la Harvard.
"Creemos que es una manifestación de un problema de todo el cuerpo", comentó. "Lo que sucede en las piernas puede suceder en otras partes del cuerpo, como el corazón, e incluso el cerebro".
La aterosclerosis, o bloqueos en las arterias de las piernas causado por placa, es la fuente de EAP. Hace mucho que los médicos conocen la afección, pero apenas comienza a recibir más atención en las dos últimas décadas, apuntó Pande.
Las personas que tienen EAP pueden experimentar calambres en las caderas, los muslos o las pantorrillas, dolor y sensaciones de quemazón en las piernas, úlceras e incluso amputación. Pero en muchos casos no se presentan síntomas.
Una prueba sencilla de la presión arterial en el brazo y el tobillo puede detectar la afección, pero hay debate sobre si la prueba debe ser rutinaria, apuntó Pande, quien es también médica asociada del Hospital Brigham and Women's en Boston.
En el nuevo estudio, financiado en parte por subsidios federales, Pande y colegas analizaron las estadísticas de una encuesta nacional de 7,458 personas a partir de los cuarenta años. Se dio seguimiento a los participantes de 1999 a 2004.
Los investigadores encontraron que alrededor de seis por ciento de los participantes sufrían de EAP, lo que se traduce a unos siete millones de adultos en EE. UU. De éstos, 25, 36 y 31 por ciento, respectivamente, tomaban antihipertensivos, aspirina o fármacos para el colesterol.
Los que tomaban dos o más fármacos tenían 65 por ciento menos probabilidades de morir por todas las causas en los siete años del estudio, señaló Pande. Sin embargo, dijo que los porcentajes de personas que murieron en cada grupo (los que tomaban dos o más fármacos y los que no) no estaban disponibles.
La investigación "plantea la cuestión de si debemos buscar a estas personas para darles el tratamiento adecuado", dijo Pande. "No tenemos ningún estudio que nos diga que si los encontramos y tratamos tendrán un menor riesgo de morir. Pero nos hace preguntarnos si deberíamos encontrar a estos individuos con una sencilla prueba".
La prueba es barata y profesionales de la salud que no sean médicos pueden administrarla, apuntó. Y en cuanto al costo, al menos uno de los fármacos en cuestión, la aspirina, es muy poco costosa.
El Dr. Jeffrey W. Olin, especialista en medicina cardiovascular de la Escuela de Medicina Mount Sinai de la ciudad de Nueva York, aseguró que el estudio provee más pruebas de que los médicos deben tomarse a la enfermedad arterial periférica en serio y tratarla. En muchos casos, los médicos no recetan fármacos aunque sepan que el paciente sufre de EAP, comentó.
"Hace quince años trabajamos en esto, intentando que los proveedores de atención de salud estén conscientes del hecho de que las personas que sufren de EAP no mueren debido a sus piernas", lamentó. "Mueren de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares".
FUENTES: Reena L. Pande, M.D., cardiologist and associate professor, medicine, Harvard Medical School, and associate physician, Brigham and Women's Hospital, Boston; Jeffrey W. Olin, D.O., professor, medicine, and director, Vascular Medicine, Mount Sinai School of Medicine, New York City; June 20, 2011, Circulation, online.