Científicos de Canadá acaban de comprobar la eficacia de un nuevo método para medir el riesgo de sufrir complicaciones o fallecer en pacientes con obesidad. El sistema, que podría servir para dar prioridad en las listas de espera a las personas que han de someterse a cirugía bariátrica, utiliza datos sobre la salud y enfermedades subyacentes de los afectados y les clasifica según una escala de cinco puntos (de 0 al 4).
Los investigadores, liderados por el doctor Raj Padwal, de la Universidad de Alberta (Canadá), han revisado información de más de 8.000 pacientes, recogida entre 1988 y 2004 en EEUU, y han dado a cada uno de estos casos clínicos una puntuación según el nuevo método, denominado Sistema de Clasificación de Obesidad Edmonton (EOSS, por sus siglas en inglés). Los resultados del estudio se publican en la revista ‘PLoS One’.
Al comparar la puntuación recibida con la evolución seguida por estos pacientes, los investigadores han comprobado que el EOSS es una herramienta eficaz para predecir enfermedades graves o fallecimientos en personas obesas, sin necesidad de tener en cuenta otros factores utilizados hasta ahora para pronosticar las consecuencias del sobrepeso, como son el índice de masa corporal, la presencia de síndrome metabólico (conjunción de varias enfermedades ligadas a la obesidad) o la cadera hipertrigliceridémica (otra medida de riesgo asociada a la obesidad con la que se obtuvieron similares resultados).
“Queríamos determinar si existe una manera mejor de clasificar el riesgo relacionado con la obesidad“, explica a Padwal a ELMUNDO.es. “En Canadá, tenemos listas de espera muy largas para la cirugía y estamos pensando en usar el sistema EOSS para priorizar a los pacientes. Es decir, aquellos pacientes que tengan un gran riesgo de morir en un futuro -pero que presenten también un riesgo aceptable de someterse a la operación- deberían someterse a la cirugía bariátrica antes que los pacientes que no tienen problemas de salud debidos a su obesidad”.
Padwal y su equipo recuerdan que el índice de masa corporal es la herramienta más utilizada en la actualidad para determinar el grado de sobrepeso, pese a que este sistema presenta algunos inconvenientes: “Es una forma sencilla de medir indirectamente la obesidad. No refleja si un paciente tiene problemas como tensión alta, colesterol y otros“, señala el investigador.
El método EOSS, por su parte, considera diversas medidas de cada paciente como la glucosa, lípidos, psicopatologías, niveles de enzimas en el hígado, presencia de apnea del sueño o diabetes tipo 2, enfermedad cardiaca, infartos y otros. De los pacientes analizados, no se pudo clasificar a ninguno de ellos en el nivel máximo (4) de la escala, debido a la falta de datos más precisos. De entre los clasificados como tipo 0, 1, 2 y 3, se pudo comprobar que los del cuarto grupo tenían un riesgo considerablemente mayor de complicaciones que los del 1 o el 2.
Para estar en el grupo 3 según el sistema Edmonton (nombre que hace referencia a la capital de Alberta, en Canadá), es decir, el que requeriría de una intervención inmediata si se estableciera esta herramienta, los pacientes han de haber sufrido daños graves en un órgano, enfermedades psiquiátricas y problemas en el corazón -como un infarto cardiaco- o un ictus.