Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - El uso de tomografías computarizadas (TC) en las salas de emergencias se cuadruplicó en las últimas décadas, alcanzando actualmente a más de uno de cada ocho pacientes atendidos en esas unidades de urgencia.
Un estudio efectuado en Estados Unidos releva que las TC ganaron popularidad en los problemas más comunes atendidos en las salas de emergencias, incluidos síntomas en los que se desconoce qué información aportaría una TC.
En algunos casos, un examen oportuno ayuda a los médicos a realizar un diagnóstico importante y hasta ahorra dinero al determinar cuáles son los pacientes que no necesitan quedarse en el hospital bajo observación, escribe en Annals of Emergency Medicine el equipo del doctor Keith Kocher, de la University of Michigan en Ann Arbor.
Pero otro estudio había hallado que los médicos confían más en la historia clínica y el examen físico para hacer un diagnóstico que en las TC realizadas en las salas de emergencias.
Además, las TC emiten una pequeña dosis de radiación, que está asociada con un leve aumento del riesgo de desarrollar cánceres. Y cada estudio cuesta unos cientos de dólares.
"No podemos seguir utilizando las TC como hasta ahora. Si no, vamos a escanear a todo el mundo y eso no tiene sentido. Estamos haciendo demasiadas TC", dijo Kocher.
Su equipo utilizó una muestra representativa de unas 370.000 consultas a salas de emergencias en Estados Unidos entre 1996 y el 2007.
Cada consulta incluía información sobre el problema atendido, si se había realizado una TC o no en la sala de emergencias, y si el paciente había quedado internado bajo observación o con tratamiento.
En 1996, el 3 por ciento de las consultas a salas de emergencias había incluido una TC. En el 2007, la cifra ya había trepado a casi el 14 por ciento o un cuarto de los 72 millones de TC realizadas en el país.
El procedimiento se volvió cada vez más común en los 20 problemas principales atendidos en salas de emergencias y su uso creció más rápido en pacientes con dolores estomacales, laterales y torácicos.
Es probable que no siempre se necesite una TC para estudiar un dolor lateral, según comentó Kocher. En esos casos, los médicos sueles buscar en las imágenes un cálculo renal.
"No importa demasiado si se usa una TC (o un ultrasonido o sólo los síntomas del paciente) para diagnosticar un cálculo renal porque la mayoría de esos pacientes no van a quedar internados", añadió.
Por eso, "el médico debe pensar si la TC proporcionará información adicional valiosa", explicó.
"Creo que una buena parte de este aumento es legítima", opino el doctor Robert Wears, profesor de emergentología de la Escuela de Medicina de la University of Florida en Jacksonville, y autor de un editorial sobre el estudio.
Por ejemplo, Wears dijo que TC que antes se indicaban cuando el paciente estaba internado, ahora se realizan en las salas de emergencias.
Pero Kocher insistió en que médicos y pacientes deben recordar que el procedimiento no es inofensivo.
"Quizás estamos provocando una parte de los cánceres futuros en los pacientes que estamos atendiendo hoy", dijo. Eso es preocupante sobre todo en los niños y las personas que deben realizarse varias TC.
Además, los procedimientos innecesarios pueden detectar "algo incidental" que quizás no habría causado problemas, pero aumenta las consultas y exámenes de seguimiento. Y esto puede hacer más lenta la atención en las salas de emergencias y demorar el acceso a una TC en pacientes que realmente la necesitan, finalizó Wears.
FUENTE: Annals of Emergency Medicine, online 11 de agosto del 2011