El uso de medicamentos estimulantes como Ritalin o Adderall en niños que tienen el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) sigue en aumento, aunque a un paso más lento que en décadas anteriores, halla un estudio reciente.
Los autores del estudio rastrearon datos sobre recetas en EE. UU. de 1996 a 2008. Hallaron que el uso de fármacos para el TDAH era más alto entre los niños de 6 a 12 años, y aumentó ligeramente de 4.2 por ciento en 1996 a 5.1 por ciento doce años más tarde.
Sin embargo, el aumento más pronunciado ocurrió en niños mayores, entre los 13 y los 18. En ese grupo, los medicamentos para el TDAH aumentaron en más del doble, de 2.3 por ciento en 1996 a 4.9 por ciento en 2008. Los investigadores dijeron que eso refleja una mayor comprensión de que los niños no superan el TDAH con la edad, y de que los síntomas pueden persistir en la adolescencia e incluso en la adultez.
En general, unos 2.8 millones de niños recibieron una receta de un medicamento para el TDAH en 2008, según el estudio.
"Este estudio documenta que el uso de estimulantes ha estado aumentando de forma gradual, pero no tanto como aumentó entre 1987 y 1996" cuando las recetas aumentaron un promedio de 17 por ciento anualmente, anotó el coautor del estudio, el Dr. Benedetto Vitiello, psiquiatra e investigador del Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU. "Gran parte del aumento se debe al hecho de que más adolescentes toman los fármacos que antes".
A pesar de las preocupaciones sobre niños "excesivamente medicados", la tasa de uso de fármacos para el TDAH en niños de edad preescolar y menores en realidad se redujo, de alrededor de 3 por cada mil en 1996 a uno por cada mil en 2008, revelaron los hallazgos.
"Había mucha preocupación sobre un uso creciente de este medicamento en niños muy pequeños, pero los datos no parecen respaldarla, y en cualquier caso, es muy bajo", apuntó Vitiello.
El Dr. Andrew Adesman es experto en TDAH y jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven y Alexandra Cohen en New Hyde Park, Nueva York. Cree que "los pediatras han tenido una renuencia adecuada a recetar fármacos para niños muy pequeños". Adesman no participó en la investigación.
El estudio, llevado a cabo por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. y la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención de Salud (AHRQ), aparece en la edición en línea del 28 de septiembre de la revista American Journal of Psychiatry.
Más de cinco millones de niños de EE. UU., o sea alrededor del 9.5 por ciento, habían sido diagnosticados con TDAH para 2007, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los niños con la afección pueden actuar impulsivamente, y tienen dificultades para prestar atención y controlar la conducta. Algunos tienen hiperactividad. Todo esto puede aumentar el riesgo de lesiones y dificultades en la escuela.
El TDAH se trata frecuentemente con fármacos estimulantes como el metilfenidato (mejor conocido como Ritalin) y las anfetaminas (como Adderall), entre otros medicamentos.
A finales del siglo pasado, el uso de estimulantes recetados entre los niños aumentó de 0.6 por ciento de los jóvenes en 1987 a 2.7 por ciento en 1997, según la información de respaldo del estudio.
El rápido aumento se dio poco después de la inclusión, por primera vez, del trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad, como un problema característico de la niñez en la tercera edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM, por su sigla en inglés), publicado en 1980 por la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association).
Antes de esa fecha, solo se incluía el trastorno con hiperactividad. Y aunque muchos niños con trastorno por déficit de atención tienen problemas de inquietud, no todos tienen una hiperactividad suficientemente grave para llamar la atención de los profesionales en salud mental, explicó el equipo.
En el nuevo estudio, Vitiello y el coautor Samuel H. Zuvekas analizaron datos de la Encuesta de panel de gastos médicos, patrocinada por la AHRQ, una encuesta nacionalmente representativa de los hogares de EE. UU. Entre otras cosas, el cuestionario preguntaba a los padres sobre los diagnósticos de TDAH y las recetas que sus hijos tomaban.
Los chicos eran tres veces más propensos que las chicas a recibir una receta de fármacos para el TDAH, lo que encaja con las estadísticas que muestran que los chicos son diagnosticados más frecuentemente que las chicas, señaló Vitiello.
El uso entre los niños blancos (4.4 por ciento) fue mayor que entre los negros (2.9 por ciento) o hispanos (2.1 por ciento).
La tasa más alta de uso de medicamentos para el TDAH fue entre los niños de 6 a 12 años de edad. Esto tiene sentido, apuntaron los investigadores, porque con frecuencia los síntomas de TDAH se vuelven problemáticos cuando los niños entran en la escuela y batallan para concentrarse.
El aumento entre los adolescentes podría ser entre niños que tenían TDAH pero que pudieron pasar por la escuela primaria, y luego tuvieron problemas en cursos más avanzados, sugirió Vitiello.
"Hay más reconocimiento de que el trastorno no desaparece con la pubertad", dijo. "En los adolescentes, los síntomas se hacen más evidentes debido al aumento en las exigencias académicas. Las tareas que tienen que hacer en la escuela se hacen más complejas. Aunque pudieron pasar en la escuela primaria y la intermedia, en la secundaria tienen más desventaja porque su atención no es la que debería ser".
La tasa de recetas para el TDAH fue significativamente más baja en el oeste que en otras partes del país. Los investigadores no están seguros del motivo. Dos posibles razones son que los padres sean más renuentes a medicar a sus hijos, o que los sistemas escolares manejan a los niños con TDAH de forma distinta, anotó Vitiello.
Los expertos calculan que alrededor del 60 por ciento de los niños con TDAH son tratados con medicamentos, apunto Vitiello, probablemente los que tienen los síntomas más graves.
FUENTES: Benedetto Vitiello, M.D., psychiatrist and researcher, U.S. National Institute of Mental Health, Bethesda, Md.; Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral pediatrics, Steven and Alexandra Cohen Children's Medical Center, New Hyde Park, N.Y.; Sept. 28, 2011, American Journal of Psychiatry, online