Por Adam Marcus
NUEVA YORK (Reuters Health) - La posibilidad de que los jugadores jóvenes de baloncesto y vóley desarrollen rodilla del saltador dependería del alcance de la flexión de sus tobillos.
Los adolescentes de un campamento de baloncesto de elite juvenil que no podían doblar los pies hacia arriba al inicio del estudio tenían hasta un 30 por ciento de riesgo de desarrollar tendinopatía patelar en el siguiente año, comparado con el 2 por ciento de riesgo en los jugadores con tobillos más flexibles.
La idea de que la rigidez de tobillo puede provocar dolor de rodilla "tiene sentido" fisiológico, dijo la doctora Rachel Coel, codirectora del Programa de Medicina del Deporte del Hospital de Niños de Colorado, en Aurora, y que no participó del estudio publicado en American Journal of Sports Medicine.
El equipo de Ludvig Backman, de la Universidad de Umea, en Suecia, concluyó que la identificación de los niños en riesgo al inicio de una temporada de juego y la realización de una rutina preventiva de estiramiento podría evitar el daño en las rodillas.
Existe poca información sobre la llamada rodilla del saltador. Es más común en deportes como el vóley y el baloncesto, donde los saltos son parte del juego.
El estudio incluyó a 75 jugadores juveniles del baloncesto de elite de Suecia, tanto varones como mujeres, de entre 14 y 20 años, que participaban de un campamento de entrenamiento.
Al inicio del estudio, el equipo les midió el rango de dorsiflexión, que es la capacidad de flexionar el pie hacia arriba. El movimiento en esa dirección refleja básicamente la rigidez de los músculos de la pantorrilla y el tendón de Aquiles. Al año, evaluaron si tenían dolor de rodilla.
El 16 por ciento había desarrollado rodilla de saltador; ocho varones y cuatro mujeres, aunque esta diferencia entre sexos no fue estadísticamente significativa. Los jugadores que desarrollaron problemas de rodilla tenían 5 grados menos de movilidad en el tobillo que el resto.
Los jugadores con un rango de dorsiflexión menor que 36,5 grados tuvieron entre un 18,5 y un 29,4 por ciento más riesgo de desarrollar rodilla de saltador, comparado con el 1,8 al 2,1 por ciento de riesgo en los participantes con una flexibilidad superior a 36,5 grados.
El equipo observó que la pierna no dominante solía tener un rango menor de dorsiflexión y que eso aumentaba significativamente el riesgo de desarrollar rodilla del saltador.
Haber tenido dos o más esguinces de tobillo estuvo asociado con una pérdida de dorsiflexión en el tobillo afectado.
Los autores aseguraron que identificar a los atletas jóvenes que no pueden flexionar los tobillos 36,5 grados al inicio de una temporada y trabajar con ellos para que puedan mover mejor la articulación permitiría prevenir el dolor de rodilla en el futuro.
"Lo interesante de este estudio es que es un problema que se puede solucionar", coincidió el doctor C. David Geier, Jr., director del Area de Medicina del Deporte de la Medical University of South Carolina en Charleston.
"Es realmente algo sencillo de hacer y ayudaría a prevenir casos de tendinopatía patelar", finalizó el experto, que es además portavoz de la Sociedad Ortopédica para la Medicina del Deporte de Estados Unidos.
FUENTE: American Journal of Sports Medicine, online 14 de septiembre del 2011