NUEVA YORK (Reuters Health) - Trasladar rápido a un paciente infartado de un hospital a un centro más sofisticado puede salvarle la vida, pero rara vez ocurre en Estados Unidos.
En un estudio nacional, publicado en Archives of Internal Medicine, un equipo halló que nueve de cada 10 pacientes deben esperar más que lo recomendado antes de que se los transfiera a un centro que pueda brindarles la atención óptima.
Eso, en la mayoría de los infartos, significa eliminar la obstrucción de las coronarias que impide que llegue sangre al corazón y colocar un stent para mantener la arteria abierta.
"Eliminar la obstrucción aumenta rápidamente la supervivencia del paciente", dijo el doctor Harlan Krumholz, de la Escuela de Medicina de Yale y coautor del estudio. "Cuanto más tiempo pasa el corazón sin recibir sangre, más daño se produce", agregó.
Los hospitales trabajan para que esos pacientes reciban tratamiento dentro de los 90 minutos de su llegada.
Pero menos de un cuarto de los centros del país están equipados para colocar un stent las 24 horas, de modo que muchos derivan a los pacientes a otros centros. Para que la intervención sea efectiva, el traslado debe hacerse dentro de los 30 minutos.
Sólo uno de cada 10 pacientes salió del primer hospital en ese período, según el nuevo estudio, sobre datos del 2009 de unos 14.000 pacientes atendidos en 1.034 hospitales.
Todos los pacientes habían sufrido un tipo de infarto llamado STEMI, que cada año padecen unos 250.000 estadounidenses o la quinta parte de todos los infartados del país.
En más de la mitad de los casos, los hospitales demoraban más de una hora en derivar a sus pacientes. Casi un tercio tardaba 90 minutos o más.
"Vimos demoras muy prolongadas. Algunas son de más de 90 minutos o dos horas. Así no hay manera de administrar un tratamiento oportuno", dijo Krumholz a Reuters Health.
New Hampshire fue el estado que más rápido transfirió a los pacientes (la mitad, en 43 minutos o menos), seguido de Kansas y Minnesota. Los más "lentos" fueron Wyoming (con una demora de 207 minutos o más en la mitad de los casos) Hawái y West Virginia.
Los resultados, según los datos de los Centros para los Servicios de Medicare y Medicaid, coinciden con otro estudio de este año que había sugerido que a unos 50.000 estadounidenses se les colocan los stent más de un día después del infarto, cuando el procedimiento ya no es de mucha utilidad.
Un estudio publicado con el de Yale describe cómo un hospital de California solucionó su problema al instalar un laboratorio de cateterismo cardíaco para poder colocar stent las 24 horas del día.
Pero esas instalaciones son costosas y no todos los hospitales pueden pagarlo, según escribe en un editorial la doctora Rita Redberg, de la University of California, en San Francisco. "Es hora de considerar otras estrategias", indica.
Redberg, editora de Archives of Internal Medicine, recomienda administrar un anticoagulante en la ambulancia o al llegar al hospital cuando no se puede trasladar a los pacientes a un hospital con un laboratorio de cateterismo.