"Desafíos, crisis y novedades"

Los primeros años del presente siglo, muestran en nuestra sociedad, la instalación consolidada de novedades en la vida afectiva, que se insinuaban progresivamente desde ya antes de la década del 90.

La frecuencia de los divorcios, que se acercan en Ciudad de Buenos Aires al número de matrimonios que se consagran, el descenso neto del número de nuevos matrimonios, la oficialización de parejas gays con sus derechos reconocidos, la convivencia sin “papeles” como forma instalada entre los jóvenes y cada vez más temprana en una relación, se suman a la frecuentemente mayor diferencia de edad entre los miembros de la pareja, el retraso de la paternidad / maternidad y el aumento de las familias ensambladas y las nuevas formas vinculares.
 
La post modernidad trajo legitimación de la diversidad, con una más libre posibilidad de hacer y deshacer a nuestro gusto y necesidad, con un auge de lo inmediato y lo individual en detrimento de estructuras y tradiciones.
 
Se discute a menudo si esto es mejor o peor, y yo digo en cambio que si esto pasó por algo pasó y que aquí está y las novedades atraviesan nuestra vida personal y vincular.
 
Las transformaciones exceden sin duda los consultorios psicoterapéuticos y muestran ribetes sociales, culturales, económicos y hasta filosóficos…
 
Pero mientras tanto seguimos formando y anhelando parejas, seguimos apostando al amor y sigue siendo el vincularse, una esperanza mayor.
 
La pareja la banca, aún en este tiempo.
 
Entonces, convocados a repensar la pareja actual, destaquemos los aspectos vigentes, necesarios, que la hacen deseable, para hacerla también posible y realizable.
 
Mucho de lo que llamamos alegría y/o felicidad, deviene de las placenteras y logradas experiencias amorosas, que nunca exentas de sinsabores y avatares, no obstante entonces merecen dedicación y trabajo.
 Decimos así que el tema no es menor, invita, desafía y “obliga”.

Vamos entonces a repasar aspectos centrales en la vida afectiva, que para mí parten de aceptar (asunto nada fácil…) que “El amor es necesario, pero solo no alcanza”.

Esta aceptación es primordial para salir de la ilusión de perfección, completud y satisfacción absoluta, que tanto tortura a las parejas y que se avizora solo en la etapa de enamoramiento.

Una cosa es el amor, y otra es el vínculo.
 
El vínculo es trabajo, respeto, comunicación, negociación, retrocesos y fracasos, compromiso y construcción mutua.
 
Las mayores dificultades de las parejas, y tal vez las más comunes, devienen de la falta de transmisión y circulación de las dos necesidades básicas que fundan y sostienen un vínculo: La necesidad de afecto y la de reconocimiento.

 Es frecuente y penoso ver como se hace a veces hasta imposible, expresar y transmitir lo que sentimos. Así se empobrece y traba una relación…  Desafío aquí la idea de desgaste inexorable de una relación duradera, y propongo en cambio que los vínculos se renuevan y recrean si circulan libre y fluidamente el afecto y el reconocimiento.

Así de simple, así de directo.
 
La pareja encuentra su sentido y fundamento en la expresión y transmisión del afecto y la valoración, diariamente. 

Requiere de un tiempo y un espacio propios, no muy extensos, pero si imprescindibles.De esta energía surgirán los proyectos comunes y entonces la confianza y la alianza.

Mediados por la comunicación, la aceptación e integración de opuestos y diferencias, la pareja traza así su camino y enfrenta avatares y circunstancias diversas. Todo esto en un viaje novedoso, particular, a veces nada fácil y más confuso que estas líneas. Es que la pareja es un crecer de a dos, aprender del acierto y la dificultad y mejorarnos otra vez… sin perder de vista la expresión del afecto y el reconocimiento cotidiano.
 
Otro paso importante es poder ponerse “en el pellejo del otro”, como un intento de comprender su mirada, captar sus vivencias y sentimientos, no para dirimir sino para la necesaria integración de dos que por supuesto son distintos y que mucho de su gracia, radica en las diferencias ahora consteladas.
 
Como adelantamos, son tiempos de crisis y transformación en la pareja, y de temas que nos tocan a todos y exceden los consultorios.
 
Como una alternativa más, para ahondar en reflexiones y propuestas, presento así “Los caminos de la Pareja”, mi nuevo libro de Editorial Tips.

 En él, desarrollo ideas para la vida vincular y herramientas de superación, algunas de las cuales, adelanté aquí.Porque de la vida afectiva conviene saber, pensar, compartir y probar mejorarnos una vez más.      

(*)  Dr. Claudio P. Casas, Médico Psiquiatra, Terapeuta Gestáltico cpcasas@intramed.net                                                                      

Médico Psiquiatra

Master en  Drogadependencia USAL