Por Julie Steenhuysen
CHICAGO (Reuters) - Las personas que reciben inyecciones de esteroides para aliviar un dolor de espalda no necesitan realizarse un control previo con imágenes por resonancia magnética (IRM), algo que ayuda poco a los médicos a evaluar y tratar a los pacientes pero suma muchos costos, informaron investigadores estadounidenses.
Las inyecciones de esteroides en la espalda se encuentran entre los tratamientos más comunes en las clínicas de dolor, y los médicos suelen ordenar controles con IRM antes de la terapia.
Con un valor de 1.500 dólares cada una, estas pesquisas son una medida costosa que no sería necesaria, señala el doctor Steven Cohen, de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins University, cuyo estudio aparece en Archives of Internal Medicine.
"Nuestros resultados sugieren que las IRM no evitarán un procedimiento, ni disminuirán las complicaciones o mejorarán los resultados", indicó Cohen en un comunicado.
Dada la gran frecuencia con que se realizan estos procedimientos, evitar las IRM previas podría ahorrar una cantidad importante de tiempo y dinero, agregó.
Las pruebas médicas por imágenes han revolucionado la asistencia sanitaria, brindando a los médicos una forma de observar el interior del cuerpo para tomar mejores decisiones y ayudar a evitar tratamientos innecesarios.
Pero recientemente, los médicos han quedado bajo la lupa por solicitar demasiadas pruebas por imágenes innecesarias, lo que incrementa drásticamente los gastos médicos para Estados Unidos.
Cohen y sus colegas estudiaron a pacientes con dolor en el ciático lo que provoca fuerte dolor y hormigueo en la columna y la pierna.
Los médicos suelen tratar la condición inyectando el esteroide de efecto prolongado cortisona en la región epidural que rodea a la médula espinal.
Cohen y sus colegas trataron a 132 pacientes con esta condiciones. Todos se realizaron antes IRM, pero los médicos no observaron los resultados de la prueba antes del tratamiento en la mitad de los casos. En cambio, aplicaron las inyecciones en base a su examen de los pacientes.
En un segundo grupo, los doctores basaron su tratamiento en un examen físico y usaron las IRM para ayudar a decidir dónde colocar la aguja o si tenían que aplicar o no una inyección.
Tres meses después, no hubo diferencia entre los grupos. En la cohorte en la que no se tuvieron en cuenta las IRM para decidir el tratamiento, 23 pacientes calificaron la terapia como un "éxito general", comparado con 24 pacientes del grupo cuyos médicos usaron la resonancia para guiar el tratamiento.
Cohen señaló que los resultados ofrecen apenas un ejemplo de las formas en que los doctores pueden reducir el uso de estas costosas pruebas por imágenes.
Según un estudio del 2008 publicado en Journal of the American Medical Association, tratar los problemas de columna en Estados Unidos cuesta 85.900 millones de dólares al año, lo que se asemeja a la carga económica del tratamiento del cáncer, con 89.000 millones de dólares.