(Reuters) - Muchos médicos estadounidenses no dialogan sobre los deseos de sus pacientes en caso de que una operación de riesgo salga mal, e incluso muchos no operarían si sus pacientes limitan lo que se les permite hacer para mantenerlos con vida, reveló un sondeo.
Esos deseos y planes sobre la atención médica al final de la vida, denominados "directivas anticipadas", definen lo que puede y no puede hacerse si los pacientes quedan incapacitados para decidir por sí mismos.
Pero estas restricciones son controvertidas para los médicos, indica el sondeo, publicado en Annals of Surgery.
Los cirujanos "sienten que la directiva anticipada básicamente les ata las manos en su espalda y no les brinda las herramientas para realizar la cirugía", dijo Margaret Schwarze, profesora asistente de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la University of Wisconsin, una de las autoras del estudio.
La experta y sus colegas efectuaron, a 912 cirujanos que regularmente realizan operaciones de riesgo, 14 preguntas sobre cómo debaten con sus pacientes sobre las directivas anticipadas y si ellas influyen en su decisión de operar.
Más de cuatro de cada cinco cirujanos dijeron dialogar con sus pacientes sobre las formas de sustento vital que les gustaría limitar.
Pero sólo alrededor de la mitad consultaba específicamente sobre las directivas anticipadas del paciente, que pueden incluir la restricción del uso de sondas de alimentación y de respiradores para mantener a la persona con vida.
"Creo que algunos cirujanos simplemente no debaten sobre las directivas anticipadas porque creen que son irrelevantes", agregó Schwarze.
Más de la mitad de los cirujanos dijo que no operaría si una directiva anticipada limitaba lo que podría hacerse para mantener al paciente con vida luego de la cirugía.
Los investigadores dijeron que este tipo de instrucciones también puede generar tensión entre el cirujano y el paciente porque muestra que el paciente podría no tener deseo de aceptar las terapias que implican ciertas operaciones de alto riesgo.
Los cirujanos cardíacos eran mucho más propensos que los neurocirujanos a desistir de operar, quizá porque los expertos cerebrales considerarían la extracción de todo soporte vital como una decisión razonable, dado que las complicaciones quirúrgicas pueden provocar daño en el cerebro.
No es infrecuente para los cirujanos cardíacos usar técnicas como la resucitación cardiopulmonar (RCP) luego de una operación y las instrucciones restrictivas podrían ir en ese sentido, añadió Schwarze.
"Creo que es importante para los pacientes debatir sobre sus valores y objetivos con los cirujanos antes de una operación grande", dijo Schwarze a Reuters Health.
"Es también tremendamente importante hablar de esto con los miembros de la familia o alguien que pudiera tener que tomar decisiones" si algo no sale bien, declaró la autora.
Aunque el uso de directivas anticipadas ha aumentado en los últimos años, un estudio reveló hace unos meses que las leyes estadounidenses imponen demasiadas trabas a las personas para que puedan utilizarlas.