Por Frederik Joelving
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo de Holanda no halló evidencia en la literatura de la efectividad de administrarles altas dosis de oxígeno a todos los pacientes en estado crítico, una práctica común entre los paramédicos y los emergentólogos.
"No existe un solo estudio que muestre efectos beneficiosos. Todos revelan efectos nocivos", dijo el doctor Yvo Smulders, profesor del Centro Médico de la Universidad VU de Ámsterdam.
La mayoría de los médicos considera que el oxígeno extra salva la vida y varias guías lo recomiendan, escribe el equipo de Smulders en Archives of Internal Medicine.
"Uno esperaría que el oxígeno sea saludable. Pero parece que Dios no incluyó un 20 por ciento de oxígeno en el aire de una habitación a cambio de nada", indicó.
El equipo reunió todos los estudios que pudo encontrar sobre la administración de oxígeno suplementario a pacientes que habían tenido un infarto, un accidente cerebrovascular (ACV), un paro cardíaco o crisis agudas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Los 18 estudios disponibles tenían la misma conclusión: el oxígeno suplementario no da resultado y hay alguna evidencia débil de que haría daño.
En un ensayo de 1976, por ejemplo, nueve de cada 80 pacientes con un infarto que recibían oxígeno murieron, comparado con apenas tres de cada 77 tratados con aire comprimido. Aunque esa diferencia no sería estadísticamente significativa, no es una buena noticia.
Otro estudio sobre pacientes con ACV debió finalizar antes de tiempo porque murieron demasiados pacientes que recibían oxígeno suplementario.
Y un estudio del 2011 sobre pacientes con paro cardíaco reveló que mueren más personas con mucho oxígeno en sangre después de la reanimación que aquellas con niveles normales de oxígeno.
"Podría tener consecuencias de gran alcance porque el oxígeno suplementario está presente en la atención de los pacientes en estado crítico", dijo el doctor Stephen Trzeciak, autor principal del estudio.
Trzeciak explicó que demasiado oxígeno en la sangre puede inducir la formación de moléculas llamadas radicales libres, que pueden dañar órganos como el corazón y el cerebro. Pero esto todavía es una hipótesis. Lo que está demostrado es que muy poco oxígeno es letal.
"Si dejamos de administrarles oxígeno indiscriminadamente a los pacientes que tuvieron un paro cardíaco, podrían terminar con bajo oxígeno en sangre, lo que es tanto o más peligroso" que los niveles elevados, indicó Trzeciak, especialista en reanimación del hospital de la Cooper University, en Nueva Jersey.
La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda administrarles oxígeno suplementario a las personas que sufren un paro cardíaco hasta que el corazón vuelve a latir.
Entonces, médicos y paramédicos deben utilizar los parámetros vitales para confirmar que el oxígeno en sangre no aumente demasiado. Lo mismo ocurre con los pacientes que sufren un infarto.
Pero, según el doctor Michael Sayre, de la asociación, lo que siempre ocurre es que los médicos dejan abierto el oxígeno en su nivel máximo.
"No se dan cuenta de que están administrando demasiado. No es algo a lo que le prestan atención", dijo Sayre a Reuters Health.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 9 de enero del 2012