Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Dos estudios sugieren que los niños amamantados tendrían una mejor función pulmonar y un menor riesgo de ser asmáticos que los chicos alimentados con fórmula.
"La evidencia indica que la lactancia aumenta la capacidad pulmonar, sin importar si la madre es o no asmática", dijo el doctor Wilfried Karmaus, de la University of South Carolina, en Estados Unidos.
"Si aumenta el volumen pulmonar, disminuye el riesgo de desarrollar asma. Es importante decirles aun a las mujeres asmáticas que amamanten a sus bebés", agregó.
En el estudio publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, los autores siguieron a unos 1.500 niños británicos desde el nacimiento hasta mediados de los años 90.
Los padres respondieron cuestionarios sobre la lactancia materna, la exposición al humo de segunda mano en el hogar y otros factores de riesgo asociados con el asma. A los 14 años, el equipo les evaluó a los niños la función pulmonar y les realizó test de alergia.
El equipo de la doctora Claudia Kuehni, de la Universidad de Berna, en Suiza, halló que cuanto más prolongada había sido la lactancia materna, mejor era la velocidad de salida del aire de los pulmones en los niños.
En otras dos pruebas, que evaluaron la capacidad pulmonar de retener aire, la lactancia durante cuatro meses o más estuvo asociada con mejores resultados sólo en los hijos de mujeres asmáticas.
El equipo no observó que la mejor función pulmonar estuviera asociada con la cantidad de infecciones respiratorias infantiles, que la lactancia ayuda a prevenir.
Los autores aseguraron que el refuerzo pulmonar atribuido a la lactancia no marcaría diferencia alguna en un niño sano, pero desde el punto de vista de la salud pública, significaría un aumento de la protección infantil contra los problemas respiratorios.
Una limitación del estudio es que los autores sólo pudieron seguir desde el nacimiento a un tercio de los 4.000 niños que participaron en total.
En el segundo estudio, realizado en Nueva Zelanda, otro equipo controló a un grupo de bebés desde el nacimiento. A los seis años, los padres respondieron si a sus hijos alguna vez les habían diagnosticado asma o si habían usado un inhalador o si habían tenido sibilancias en el año anterior.
Con información de más de 1.000 niños, incluidos unos 200 con asma en el último control, el equipo de Karen Silvers determinó que por cada mes de lactancia materna exclusiva (sin fórmula agregada) disminuía un 9 por ciento el riesgo de que los niños desarrollaran asma, según publica en Journal of Pediatrics el equipo de la Universidad de Otago.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante por lo menos los seis primeros meses de vida. Se puede continuar durante dos años o más.
La doctora Theresa Guilbert, neumonóloga pediátrica de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la University of Wisconsin, dijo que a pesar de los nuevos resultados, todavía se debate si las madres asmáticas pueden o no transmitirles el riesgo a sus bebés a través de la lactancia.
Guilbert sostuvo que ninguno de los estudios pudo probar una relación causa-efecto en alguno de esos casos.
"Todavía, ninguna (prueba) es lo suficientemente sólida como para decirles a las mujeres que dejen de amamantar (...) porque los bebés necesitan recibir el resto de los beneficios fundamentales de la lactancia", finalizó.
FUENTES: American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, online 3 de febrero del 2012; y Journal of Pediatrics, online 29 de enero del 2012