Por Lindsey Konkel
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los corredores aficionados a los que se les realiza un reemplazo de cadera de superficie, que es una alternativa del reemplazo total, podrían volver a correr después de la cirugía.
Un equipo de Francia halló que más del 90 por ciento de esos pacientes volvieron a correr después de la intervención.
"La calidad de vida está muy asociada con la posibilidad de que los pacientes más jóvenes puedan practicar deportes", dijo el autor principal, doctor Julien Girard, cirujano ortopédico del Hospital Universitario de Lille.
El reemplazo de cadera de superficie está destinado principalmente a los menores de 60 años, pero también es una opción para las personas con artritis grave que quieren volver a la actividad física después de la cirugía.
En Estados Unidos, representa el 15 por ciento de los más de 285.000 reemplazos de cadera cada año.
Durante el procedimiento, el cirujano sólo extirpa las partes dañadas de la cabeza del fémur y la recubre con un capuchón de metal. También reemplaza el acetábulo con una pieza metálica.
"Muchos estudios habían demostrado que el reemplazo total de cadera no da resultado en las personas más jóvenes que quieren seguir haciendo lo mismo que hace la gente de su edad", dijo el doctor Harlan Amstutz, fundador y director del Instituto de Reemplazo de las Articulaciones del Centro Médico Saint Vincent, en Los Ángeles.
Amstutz, que no participó del estudio, ayudó a desarrollar uno de los sistemas de implante utilizado en la investigación, que consistió en el seguimiento de 36 hombres y cuatro mujeres, de unos 51 años, que corrían antes de la cirugía. Se hicieron 43 reemplazos de cadera de superficie.
A los tres años, 33 de los 40 pacientes (36 de 43 caderas reparadas) seguían corriendo unas tres horas por semana como antes de la cirugía, aunque menos distancia: los mayores de 50 pasaron de correr 38,6 a 25,7 kilómetros por semana.
Girard comentó que algunos de los pacientes mayores optaron por deportes de bajo impacto, como natación o ciclismo.
Correr no alteró la durabilidad del implante, pero Girard advirtió que se necesitaría un seguimiento de más de 20 años para sacar una conclusión firme al respecto.
Además, los aficionados que corren con menos intensidad no obtendrían los mismos resultados, según dijo el doctor Michael Anderson, especialista del Centro Médico Aurora Sinai, en Milwaukee. Anderson comprobó que el porcentaje de personas que trotan disminuye después de la cirugía.
Aun así, el reemplazo de cadera de superficie es una opción atractiva para los más activos porque el implante se puede controlar o reparar más fácilmente que la prótesis total y también es más natural, según comentó Anderson, ya que se extrae menos hueso de la cabeza del fémur.
FUENTE: American Journal of Sports Medicine, online 1 de febrero del 2012