Por Kerry Grens
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo de California concluyó que las personas con enfermedad cardíaca que utilizan estatinas para reducir el colesterol tendrían bajo riesgo de desarrollar depresión.
Estos resultados, para el autor principal, respaldan la hipótesis de que la obstrucción de los vasos sanguíneos del cerebro tendría un papel en la aparición del trastorno mental.
"Las estatinas influirían positivamente en los síntomas depresivos a través de un efecto protector de los procesos cerebrovasculares", indicó el doctor Christian Otte, del Centro Médico de la Universidad Charité, Berlín.
Las estatinas son los fármacos más utilizados en el mundo. El Centro Nacional de Estadísticas de la Salud estima que en el período 2005-2008 un cuarto de la población adulta estadounidense los usó.
Aunque se los considera seguros, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) acaba de advertir sobre la posibilidad de un leve aumento del riesgo de desarrollar diabetes y pérdida de la memoria.
También se registraron casos raros de daño hepático y muscular.
El equipo de Otte, que publicó los resultados en Journal of Clinical Psychiatry, estudió a 965 personas de California durante varios años. Todas habían tenido un infarto u otras señales de enfermedad cardíaca y el 65 por ciento utilizaba estatinas, como Lipitor, Crestor o Zocor.
Basados en un cuestionario sobre su salud mental, un 17 por ciento de esos usuarios mostró síntomas de depresión al inicio del estudio, comparado con el 24 por ciento de los pacientes que no tomaban los medicamentos (grupo control).
Entre los que no tenían trastornos anímicos al inicio del estudio, el 18 por ciento de los usuarios de estatinas y el 28 por ciento de los "no usuarios" desarrollaron depresión en algún momento de los seis años que duró el estudio.
"Los resultados no me sorprenden", dijo el doctor Charles Blatt, del Centro Lown de Medicina Cardiovascular en Brookline, Massachusetts, y que no participó del estudio.
En un estudio pequeño del 2003, Blatt había hallado una relación similar entre el uso de estatinas y una reducción de la frecuencia de la depresión.
Susan Jick, profesora de la Facultad de Salud Pública de Boston University y que no participó del estudio, señaló que los investigadores no pudieron determinar quién dejó o empezó a tomar estatinas porque no analizaron qué fármacos habían utilizado en el tiempo.
Además, los usuarios de estatinas tenían inicialmente bajo riesgo de desarrollar depresión y eran menos propensos a ser pobres, haber sufrido de depresión o fumar.
"Todos esos factores también podrían explicar los resultados", dijo Jick por correo electrónico.
Otte, relacionado con varios laboratorios, consideró que los nuevos estudios deberían estudiar la depresión y las estatinas en otros grupos de pacientes, en especial con factores de riesgo de enfermedad cardíaca que no necesitarían fármacos para reducir el colesterol.
FUENTE: Journal of Clinical Psychiatry, online 21 de febrero del 2012.