Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - El crack bursátil de octubre del 2008 generó una gran cantidad de estrés pero no provocó un aumento en las muertes por ataques al corazón, al menos en la ciudad estadounidense de Los Angeles, según un nuevo estudio.
Estudios previos habían encontrado alzas en las muertes relacionadas con el corazón después de un evento estresante a nivel masivo, que iba desde desastres naturales como terremotos a eventos deportivos, como ver perder a tu equipo en el Super Bowl.
Pero en el nuevo estudio, los investigadores no encontraron evidencia de que en octubre de 2008 se produjera un incremento en las muertes por problemas del corazón en Los Angeles.
"Fue sorprendente, porque otros estudios ya lo habían encontrado", dijo el doctor Bryan Glen Schwartz, autor del estudio del Instituto del Corazón del Hospital del Buen Samaritano, en Los Angeles.
Pero el médico destacó que los resultados sugieren que aunque la crisis económica fue estresante, no habría generado grandes problemas emocionales a la mayoría de los residentes de Los Angeles.
El autor explicó que el estrés agudo puede ser físico o emocional y dijo que el nuevo estudio no niega sus efectos de riesgo cardíaco.
Pero el estrés que hubo alrededor de la crisis del 2008 no habría sido suficiente como para causar "una variación poblacional" en la mortalidad por enfermedad coronaria, según precisó el doctor Robert A. Kloner, principal investigador del estudio.
Los resultados, publicados en el American Journal of Cardiology, surgen de la información de los certificados de defunción del condado de Los Angeles y de las cifras diarias de la Bolsa entre el 2005 y fines del 2008.
El equipo no obtuvo prueba alguna de que la crisis financiera de octubre modificara la tasa de mortalidad, ya sea general o por complicaciones cardíacas. Luego de la crisis, la mortalidad se mantuvo al mismo nivel o por debajo del promedio estacional.
De hecho, la tasa de mortalidad por enfermedades cardíacas de Los Angeles en el 2008 fue del 0,12 por ciento, algo más baja que en el 2005 (0,14 por ciento).
Kloner explicó que el estrés emocional provocaría un infarto o un paro cardíaco mediante la respuesta de "lucha o escape", que es un aumento súbito de la actividad del sistema nervioso y las hormonas del estrés que acelera el ritmo cardíaco, altera la dilatación de los vasos sanguíneos y produce otros cambios fisiológicos.
De modo que la situación estresante debería ser tan intensa y personal como para generar esa respuesta, y debería combinarse con factores de riesgo cardíaco crónicos, como la hipertensión, el colesterol elevado o la diabetes.
Contrariamente a los resultados sobre la crisis económica, el equipo identificó otro factor de riesgo aparente para la mortalidad cardíaca: el invierno.
El estudio confirmó que la tasa de mortalidad por complicaciones cardíacas ha descendido desde la década de 1980, pero aumenta siempre a fines de diciembre y comienzo de enero. Esto coincide con las variaciones estacionales detectadas en estudios previos.