Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo halló entre 472 embarazadas que las que tenían sobrepeso antes de concebir o que engordaron demasiado durante la gestación eran más propensas a tener una bebé "grande para la edad gestacional".
Eso equivale a que un recién nacido pese más de 3,7 kilogramos y los bebés tan grandes son más propensos a producir lesiones en la madre al nacer o a tener un parto por cesárea.
Los nuevos resultados sugieren que en las mujeres sin diabetes gestacional, lo que influye en el tamaño del bebé al nacer es el sobrepeso materno, indicó el doctor Ravi Retnakaran, del Hospital de Mount Sinai, en Toronto.
"Si queremos reducir el riesgo de tener un bebé grande, hay que ocuparse del peso materno", agregó.
Casi la mitad de las embarazadas de Estados Unidos comienza el embarazo con sobrepeso u obesidad. Estudios previos demostraron que el 0,5 por ciento o 50 de cada 1.000 embarazadas desarrollará diabetes gestacional.
Los resultados publicados en Canadian Medical Association Journal surgen en medio de un debate sobre si los expertos deberían reducir el valor "umbral" del azúcar en sangre que se utiliza para diagnosticar la diabetes gestacional.
Canadá aún no adoptó ese enfoque. La Asociación Estadounidense de Diabetes respaldó la propuesta, pero el Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología está demorando su decisión hasta conocer los resultados de una conferencia que los Institutos Nacionales de Salud realizarán en octubre.
Si se adopta el nuevo criterio, Retnakaran adelantó que a un quinto de las embarazadas de Canadá se le diagnosticaría diabetes gestacional, más del doble que la cantidad actual.
Pero a partir de los nuevos resultados, dijo que eso se traduciría en que el peso, y no el azúcar en sangre moderadamente alto, sería "el gran vaticinador" de un bebé grande al nacer.
Y el doctor Edmond A. Ryan, de la Universidad de Alberta, en Canadá, coincidió. En las mujeres sin los criterios diagnósticos tradicionales de la diabetes gestacional, "la obesidad es más importante que la glucosa (azúcar en sangre)", dijo Ryan, autor de un editorial sobre el estudio.
De modo que consideró clave ayudar a las embarazadas a controlar el peso (lo ideal es hacerlo antes del embarazo).
Por otro lado, señaló que si aumentan los diagnósticos de diabetes gestacional, más mujeres se derivarían al endocrinólogo, se harían los controles de la glucosa durante el embarazo y recibirían tratamiento para la diabetes.
Los nuevos resultados surgen de 472 embarazadas sin diabetes gestacional, aunque casi un cuarto tenía niveles moderadamente altos de azúcar en sangre. Sesenta y ocho bebés fueron grandes para la edad gestacional.
No hubo una asociación clara entre la glucosa elevada y la posibilidad de tener un bebé con esa característica. Pero sí se registro una correlación entre el peso materno y la talla del bebé.
Por cada kilo que había engordado la madre en el embarazo, su riesgo de tener un bebé grande fue del 12 por ciento. Y por cada punto de aumento del índice de masa corporal (IMC) antes del embarazo, aquella posibilidad aumentó un 16 por ciento.
Para Retnakaran y Ryan, los resultados destacan la importancia de prevenir el sobrepeso antes del embarazo con una alimentación saludable y actividad física regular.
FUENTE: CMAJ, online 22 de mayo del 2012