Por Genevra Pittman
SAN FRANCISCO (Reuters Health) - Dos estudios aleatorizados sugieren que los pacientes con diabetes tipo 2 perderían menos grasa abdominal con un programa de ejercicio que las personas sin la enfermedad.
A pesar de haber logrado una aptitud física similar, después de seis meses de ejercicios aeróbicos y de resistencia, los diabéticos eliminaron apenas un 4 por ciento de la grasa abdominal, mientras que los no diabéticos perdieron el 13 por ciento.
La diferencia se atribuiría a un gran cambio de la composición de la grasa visceral en el segundo grupo, que no se produciría entre los diabéticos.
El doctor Devon Dobrosielski, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins, en Baltimore, presentó los resultados en la reunión anual del Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva, en San Francisco.
"Podría ser una combinación del metabolismo alterado y ciertos fármacos que usan los diabéticos que inhiben la capacidad de eliminar ese tipo de grasa", explicó Kerry Stewart, autor principal del estudio.
"Los médicos deberían alentar a los diabéticos a hacer ejercicio, pero se trataría más de un uso más adecuado de los medicamentos para controlar factores como la presión", agregó Stewart, también de Johns Hopkins.
El equipo reunió a 255 personas con y sin diabetes para participar de uno de dos estudios comparativos sobre los cambios de la grasa corporal que produciría el ejercicio.
El entrenamiento supervisado incluyó tres sesiones semanales y la medición de la grasa abdominal al inicio y a los seis meses del programa. Se usaron imágenes por resonancia magnética y un test en una cinta de caminar para determinar el consumo máximo de oxígeno.
Todos los participantes tenían hipertensión moderada.
En total, 217 participantes finalizaron los ensayos, incluidos 113 con diabetes tipo 2 que no utilizaban insulina.
Al inicio del estudio no había diferencias entre los grupos, aunque los diabéticos eran más jóvenes (56,4 versus 63,7 años), pesaban más (98,3 versus 83,6 kg) y tenían más grasa abdominal (588,8 versus 439,7 cm3) que el grupo sin diabetes.
A los seis meses, los valores de los que no habían hecho ejercicio permanecían iguales. Pero en los diabéticos y los no diabéticos, el ejercicio aumentó la capacidad de consumo máximo de oxígeno unos 3,6 ml/kg/min y los ayudó a adelgazar unos 2,2 kg.
Aun así, la grasa abdominal, en especial la visceral, disminuyó significativamente menos en los diabéticos que en aquellos participantes sin la enfermedad. Esto quiere decir que los diabéticos deberían mejorar significativamente su consumo máximo de oxígeno para reducir la grasa abdominal.
"Cuando aparece la diabetes, los pacientes enfrentan una batalla cuesta arriba que exige ajustar aún más los cambios del estilo de vida y el uso de medicamentos", dijo Stewart.
Pero los autores aclaran que eso no quiere decir que los médicos no deberían presionar a sus pacientes a hacer ejercicio.
"El objetivo principal para las personas con diabetes tipo 2 (...) debería ser hacer suficiente ejercicio, y del tipo adecuado, para aumentar la sensibilidad a la insulina" e incorporar otras estrategias para adelgazar, explicó el doctor David Swain, de la Old Dominion University, en Virginia.
"A partir de este estudio, aunque la conclusión sea válida, no quiere decir que el ejercicio no ayude a esos pacientes", aclaró.
Swain consideró probable que, por ejemplo, la alimentación de los participantes con y sin diabetes fuera distinta durante el estudio debido al aumento de la actividad física, lo que podrían haber influido en la reducción o no de la grasa abdominal.