Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo estudio se sumó a la evidencia de que las personas que se realizan la pesquisa del cáncer de colon son menos propensas a morir por la enfermedad. Pero lo que sí importa es qué médico realiza el test.
Los estadounidenses mayores que se realizaban una colonoscopía tenían la menor posibilidad de morir por cáncer de colon cuando el test lo hacía un gastroenterólogo que cuando lo realizaba un cirujano o un médico de atención primaria.
Los autores lo atribuyen a que los especialistas en el sistema digestivo reciben entrenamiento extra en la realización de la colonoscopía, de modo que tendrían más experiencia que otros médicos en la detección de los signos tempranos del cáncer.
"Si la única opción posible es que la colonoscopía la haga un cirujano, digamos que también sería un examen preventivo porque seguramente no se pasará por alto nada grave", dijo el doctor Gregory Cooper, gastroenterólogo de los Hospitales Universitarios del Centro Médico de Case, Cleveland, Ohio.
"Hacerse una colonoscopía con un especialista que no sea gastroenterólogo quizás es mucho mejor que no realizarse el examen", agregó Cooper, que no participó del estudio.
El equipo de la doctora Nancy Baxter, del Hospital St. Michael y de la Universidad de Toronto, revisó los registros de facturación de Medicare de más de 9.000 beneficiarios a los que se les había diagnosticado cáncer de colon a los 70 y 80 años y que murieron por la enfermedad.
Determinó cuántos de esos pacientes, junto con otros 27.000 de la misma edad y sexo, pero sin el cáncer, se habían realizado una colonoscopía los años previos.
Los resultados coincidieron con los de estudios previos: los pacientes que murieron por cáncer de colon habían sido un 60 por ciento menos propensos a hacerse una colonoscopía la década anterior que el grupo libre del cáncer.
La mayoría de las colonoscopías la habían hecho gastroenterólogos, lo que coincide con la práctica actual, según dijo Cooper. Agregó que esos especialistas hacen dos tercios de los tests que se realizan en Estados Unidos, seguidos de los cirujanos.
A diferencia de los participantes que no se habían controlado, los que se habían realizado la colonoscopía con un gastroenterólogo tenían la probabilidad más baja de morir por el cáncer: un 65 por ciento menos riesgo que el grupo que no se habían controlado.
Eso, comparado con un 57 por ciento menos riesgo de morir en el grupo que se había realizado la pesquisa con un médico de atención primaria y un 45 por ciento cuando la colonoscopía la había realizado un cirujano.
El estudio, publicado en Journal of Clinical Oncology, no explica la causa de esa disparidad ni prueba que la colonoscopía salvara vidas.
"Serían diferencias reales en pacientes que se atienden con un gastroenterólogo versus los que se atienden con otros especialistas, lo que también podría haber influido en nuestros resultados", dijo Baxter por e-mail.
Cooper explicó que los médicos que se están preparando para ser gastroenterólogos hacen cientos de colonoscopías después de egresar de la facultad de medicina.
Y lo más importante para la pesquisa, agregó, sería cuántas colonoscopías realizaron los médicos en su carrera, cómo se entrenaron y cuál es la tasa de detección de adenomas o cuántos de sus procedimientos incluyen la extirpación de pólipos.
Todas esas son preguntas que los pacientes deberían hacerle al médico, coincidieron Cooper y Baxter.
"Esos resultados de la calidad del trabajo tienden a separar a los buenos de los malos profesionales mejor que el nombre de la especialidad solamente", dijo la autora principal.
FUENTE: Journal of Clinical Oncology, online 11 de junio del 2012