Manuel Ansede
Las políticas de austeridad y los despidos a gran escala en el sector público pueden tener un precio brutal. Un nuevo estudio en Inglaterra vincula un terrible aumento en el número de suicidios a la recesión económica vivida entre 2008 y 2010. Para los autores, esta correlación no es en absoluto casual.
“Las regiones de Inglaterra con mayores incrementos de la tasa de desempleo han sufrido las mayores subidas del número de suicidios, sobre todo en hombres. Parece muy claro que hay una relación”, explica Benjamin Barr, principal firmante del estudio, publicado hoy en la revista British Medical Journal.
Los autores atribuyen unos 1.000 suicidios a la recesión económica, 846 hombres y 155 mujeres, en el periodo 2008-2010. Son, aseguran, suicidios extras, que no se hubieran producido si no hubiese llegado el desempleo y la tasa de suicidios hubiera seguido el ritmo de las series históricas. Por cada aumento del 10% en el número de hombres desempleados, los científicos han detectado una subida de un 1,4% del número de suicidios masculinos.
Alto costo humano
En su estudio, con una carga política poco habitual en una revista científica puntera, los autores arremeten contra las políticas de austeridad del laborista Gordon Brown, primer ministro británico hasta mayo de 2010, y del conservador David Cameron, en el poder desde entonces. “Un número creciente de personas puede estar pagando el precio más alto [por estas políticas de austeridad]”, afirman en el trabajo. “Existe el peligro de que el costo humano de los altos niveles de desempleo sea mayor que los supuestos beneficios de los recortes presupuestarios”, alertan.
Pocos meses después del comienzo de la recesión, en 2008, el paro comenzó a subir ligeramente. Cuando llegó la crisis financiera global, la tasa de desempleo se situaba alrededor del 5%, 1,6 millones de personas en Reino Unido. Al final de 2009, otro millón de trabajadores había acabado en la cola del paro, subiendo la tasa de desempleo al 8%.
Y, tras 20 años disminuyendo, el número de suicidios comenzó a subir en Reino Unido en 2008, aumentando un 8% en los hombres y un 9% en las mujeres, en comparación con 2007.
“En España, con casi un 25% de tasa de desempleo, no sería sorprendente que hubiera aumentado el número de suicidios de manera similar, aunque hay otras variables culturales”, opina Barr.
Coherencia con estudios previos
Los firmantes, que incluyen al sociólogo David Stuckler, de la Universidad de Cambridge, subrayan la “coherencia” de sus resultados con estudios previos en otros países. Un trabajo en Asia, por ejemplo, atribuyó a la crisis económica 10.400 suicidios en 1998 en Japón, Hong Kong y Corea del Sur.
Sin embargo, la relación no siempre es tan obvia. Finlandia sufrió una grave recesión entre 1990 y 1994, con un aumento de la tasa de desempleo desde el 2% al 18%, y sin embargo bajaron los suicidios. Incluso mejoró la salud de la población, ya que el consumo de alcohol cayó por la crisis, según recordaban las economistas Carmen Delia Dávila y Beatriz González, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en un análisis de 2009 sobre el impacto de la crisis económica en la salud.
En Finlandia, “las prestaciones del estado del bienestar amortiguaron los efectos de la crisis”, según estas investigadoras. Parece que este escudo no ha aparecido en Inglaterra.