La tos convulsa , una enfermedad que afecta principalmente a los más chiquitos, está en situación de reemergencia , según el Ministerio de Salud de la Nación. En los registros epidemiológicos la cantidad de casos durante este año creció el 29% . Hasta julio pasado se habían reportado 3.481 casos, es decir 1.000 más que en el mismo período de 2011. El año pasado habían muerto 70 bebés por la tos convulsa.
Las causas del aumento aún están en estudio, aunque las autoridades sanitarias y los especialistas en infectología infantil lo atribuyen a una variedad de posibles factores. También señalan que se trata de un problema global : en la última década, el número de casos de tos convulsa en América latina creció un 90%, según las estadísticas presentadas por la Organización Mundial de la Salud.
La tos convulsa también podría haber crecido por un ciclo natural de la enfermedad, que es causada por la bacteria Bordetella pertussis .
“Cada cuatro años aproximadamente hay brotes epidémicos de la tos convulsa. Ahora estamos superando un brote ”, reconoció Luis Crovetto, director de atención primaria del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Otra de las razones del aumento sería que los padres no cumplen estrictamente con las recomendaciones del calendario oficial de inmunizaciones , según las dosis que corresponden para cada edad.
“En algunas provincias, la cobertura de vacunas contra la tos convulsa en los chicos no llega a superar el 70% . El problema se produce porque hay familias que no llevan a los nenes a vacunar en tiempo y forma”, dijo a Clarín Carlota Russ, prosecretaria del comité de infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría. Esta especialista sugirió también que “podría haber algún cambio en las características de la bacteria que podrían también están influyendo en el brote epidémico”.
La enfermedad es altamente contagiosa , y afecta principalmente a los más chiquitos, quienes aún no tienen desarrollados sus pulmones. La bacteria que la causa se transmite por el contacto directo con las secreciones de la mucosa de la nariz de personas infectadas.
Generalmente, la bacteria entra en el núcleo familiar a través de alguno de los hijos mayores o de los padres, y se manifiesta con un catarro persistente y tos seca . En cambio, los síntomas para los más pequeños son diferentes.
En los lactantes, los síntomas incluyen dificultad para la alimentación, el aumento de la frecuencia respiratoria y la tos . “Pueden sufrir a apneas, por las cuales parece que los bebés dejan de respirar y se ponen azules”, aclaró Russ. El problema en este grupo se puede complicar y desencadenar otros trastornos.
La neumonía es la causa de la mayoría de las muertes por tos convulsa.
También pueden producirse otras complicaciones, aunque son menos frecuentes, como convulsiones, encefalopatías, sobreinfecciones bacterianas y afecciones asociadas a los efectos de presión por la tos severa.
“Para contrarrestar este problema de salud pública, todos deben colaborar. El mensaje principal para las familias es que lleven a vacunar a los chicos a los centros de salud cuando corresponda según el calendario oficial de inmunizaciones”, afirmó Russ. “Se recomienda llevarlos a la consulta apenas se detecten los síntomas. A veces pueden confundirse con cuadros alérgicos, pero siempre es mejor consultar a un médico”.
Hasta 1984, el esquema básico de vacunación consistía en 3 dosis (a los 2, 4 y 6 meses de edad), más un refuerzo a los 18 meses. Después se fueron sumando un segundo refuerzo al ingreso escolar, y un tercer refuerzo con vacuna triple bacteriana acelular a los 11 años. Este año, también se agregó la recomendación de la vacuna para las embarazadas a partir de la semana vigésima de gestación para dar protección a sus bebés.