LUNES, 5 de noviembre (HealthDay News) -- Ya sea en restaurantes de comida rápida o en los de servicio completo, los niños que comen fuera son más propensos a consumir más calorías, azúcar, grasa y sal, informan investigadores de la Universidad de Illinois, en Chicago.
También anotaron que los niños comen fuera con más frecuencia, sobre todo en restaurantes de comida rápida, lo que ha ayudado a fomentar la epidemia de obesidad en niños y adolescentes.
"Cada día, alrededor del 40 por ciento de los niños de EE. UU. comen en esos restaurantes", apuntó la investigadora líder Lisa Powell, directora del Centro de Políticas de Salud del Instituto de Investigación y Políticas de Salud de la universidad.
"Necesitamos políticas que fomenten unas opciones alimentarias más sanas, en lugar de aquellas que promueven unas opciones alimentarias poco saludables", añadió.
"También debemos cambiar el ambiente en el restaurante de forma que no tenga efectos nocivos para la dieta", planteó Powell. Esto incluiría no ofrecer rellenos gratis de refrescos y ampliar las opciones más sanas de comida, explicó.
El informe aparece en la edición en línea del 5 de noviembre de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Para el estudio, Powell y su colega Binh Nguyen recolectaron datos sobre el uso de restaurantes de más de 4,000 niños entre los 2 y los 11 años de edad y de casi 4,700 adolescentes de 12 a 19, que participaron en la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de 2003 a 2008.
En particular, observaron la ingesta total de energía (lo que se conoce como kilocalorías, que es similar a las calorías totales) de las bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos.
Cuando los niños comen en restaurantes de comida rápida, su ingesta diaria de energía aumenta 126 kilocalorías, y en los adolescentes aumenta en 309 kilocalorías, hallaron Powell y Nguyen.
En los restaurantes de servicio completo, la ingesta diaria de energía aumentaba en 160 kilocalorías entre los niños y en 267 kilocalorías entre los adolescentes, añadieron.
Además, comer fuera conllevaba ingerir un 13 por ciento más de azúcar, un 22 por ciento más de grasa total, un 25 por ciento más de grasa saturada y un 17 por ciento más de sal de lo que se recomienda, señalaron Powell y Nguyen.
Muchas de esas calorías adicionales provenían de los refrescos, que los niños y adolescentes beben cuando comen fuera, apuntaron los investigadores.
Este problema es particularmente agudo entre las familias más pobres. Powell anotó que comer en restaurantes de comida rápida es una forma de obtener mucha comida sin gastar demasiado.
"Incluso en medio de las protestas generales por el tamaño exagerado de las porciones, y el exceso de sodio, grasa y azúcar, los restaurantes y las cadenas de comida rápida siguen aumentando los tamaños de las porciones de sus comidas", comentó Samantha Heller, fisióloga del ejercicio y coordinadora de nutrición clínica del Centro de Atención del Cáncer del Hospital Griffin, en Derby, Connecticut.
Por ejemplo, apuntó, hace poco Wendy's introdujo el "Triple Baconator", que tiene alrededor de 1,300 calorías, y Subway introdujo especiales para la recesión llamados "Footlong", cada uno de los cuales tiene casi 1,200 calorías.
"Además, las compañías de comida incentivan la compra de los productos de tamaño gigante en lugar de la porción más pequeña", añadió Heller. También anotó que un estudio reciente en la revista Archives of Internal Medicine reportó que "la competencia ha animado a la industria alimentaria a ofrecer porciones de mayor tamaño como forma de ampliar su cuota de mercado".
"No resulta sorprendente que los niños aumenten de peso y sufran de enfermedades adultas como hipertensión y diabetes tipo 2. Debemos animar a las personas a cocinar en casa con más frecuencia, y a romper el mito de que comer en casa es más costoso que comer fuera", añadió.
"Planificar los menús por adelantado, hacer listas de compra y sacar el tiempo para cocinar en casa hacen que comer en casa resulte más fácil, disfrutable y sano para toda la familia", aseguró Heller.
FUENTES: Lisa Powell, Ph.D., professor and director, Health Policy Center of the Institute for Health Research and Policy, University of Illinois at Chicago; Samantha Heller, M.S., R.D., exercise physiologist, clinical nutrition coordinator, Center for Cancer Care, Griffin Hospital, Derby, Conn.; Nov. 5, 2012, Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, online