Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio indica que la cantidad de fumadores que enciende un cigarrillo cuando está internado cayó 7 puntos porcentuales desde 1995 en Estados Unidos, aunque eso implica que aún un 18 por ciento no logra suspender o abandonar el hábito durante la hospitalización.
"Esa tendencia es alentadora, pero no lo es tanto que la terapia de reemplazo de la nicotina no pudo lograr más", dijo la autora principal, Susan Regan, instructora de la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston.
Los resultados describen la experiencia del Hospital General de Massachusetts, en Boston, donde un estudio previo había hallado que el 25 por ciento de los fumadores internados fumaba en el hospital en 1995.
Con la nueva encuesta a pacientes fumadores que, entre el 2007 y el 2010, fueron derivados al programa del hospital para dejar de fumar, el equipo halló que la cantidad de fumadores internados que encendían un cigarrillo en el hospital era del 18,4 por ciento.
Una explicación de ese descenso es, para los autores, el aumento del uso de los parches, los caramelos, los chicles y los inhaladores con nicotina.
En Archives of Internal Medicine, el equipo escribe que el uso de la terapia de reemplazo en el hospital aumentó más de 12 veces entre 1995 y el 2010. De todos modos, no puede asegurar que ése sea el motivo del descenso registrado.
Por otro lado, Regan señaló que una reducción general del tabaquismo no influiría directamente en los resultados porque el equipo consideró sólo el porcentaje de fumadores que enciende un cigarrillo durante una internación.
En cuanto a los fumadores que siguen pitando cuando están internados, Regan lo atribuyó a que algunos aún no estarían listos para abandonar la adicción.
"Muchos fumadores quieren dejar el hábito. Algunos están interesados en hacerlo, pero no están listos para comenzar y otros simplemente no están interesados", precisó.
En el nuevo estudio, sobre unos 5.400 fumadores, el equipo observó que ciertas características estaban asociadas con la propensión individual a no fumar, tener más de 50 años y presentar cardiopatías.
"No existe una solución fácil, pero, claramente, que el ambiente sea libre de humo es un primer paso en la dirección adecuada", dijo la autora.
El doctor Steven Schroeder, autor de un editorial sobre el estudio, coincidió en que los entornos libres de humo son una buena idea.
"Hay muchos hospitales que están siendo declarados 100 por ciento libres de humo. Alguien podría pensar que no es justo para el paciente, pero se le puede ofrecer una terapia de reemplazo de la nicotina", sostuvo Schroeder, de la University of California, en San Francisco.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 5 de noviembre del 2012