NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio demuestra que los pacientes que asisten a un curso de educación mente-cuerpo están mejor entrenados para manejar el síndrome de colon irritable (SCI).
Los beneficios del curso fueron modestos y similares a los que se obtienen con los medicamentos, según precisó el doctor Emeran Mayer, autor principal del estudio y profesor de la Facultad de Medicina de University of California, Los Angeles. El programa no funciona en todos los pacientes, pero el autor dijo que a otros "les cambió la vida".
El equipo no pudo describir exactamente cómo cambió la vida de los pacientes, pero los participantes del estudio tuvieron síntomas no tan graves y mejoraron su calidad de vida.
El SCI es un conjunto de síntomas (dolor estomacal y diarrea) sin un componente inflamatorio conocido, como la enfermedad inflamatoria intestinal. En la revista Alimentary Pharmacology and Therapeutics, el equipo escribe que hasta el 15 por ciento de la población padece SCI, que no tiene cura.
Algunos estudios habían obtenido buenos resultados con el uso de psicoterapia, meditación e hipnosis.
El equipo de Mayer desarrolló un programa educativo grupal, con sesiones de dos horas una vez por semana, durante cinco semanas. Allí se hablaba del papel del cerebro en la regulación de la digestión, cómo las respuestas a experiencias estresantes influyen en el SCI y las estrategias para controlar los síntomas.
Los autores compararon los síntomas, la calidad de vida y la salud mental de 34 alumnos del curso con los de 35 pacientes en lista de espera (grupo control).
Al terminar las sesiones, los asistentes manifestaron una disminución de la gravedad de los síntomas (de 10 a ocho en una escala de 20 puntos). A los tres meses de la finalización del programa, los pacientes calificaron la gravedad de los síntomas con siete.
En cambio, el grupo control dijo que los síntomas habían disminuido de 13 a 11 puntos al finalizar las cinco semanas y a 10 a los tres meses.
El equipo no pudo describir el significado de esos cambios en el día a día.
La calidad de vida de los asistentes al curso mejoró de 67 a casi 76 en una escala de 100 puntos al final de las sesiones, mientras que la calidad de vida del grupo control se redujo de 64 a unos 62 puntos. Y los participantes del curso mostraron signos de mejores habilidades para superar los síntomas.
Los resultados integran "un conjunto mayor de resultados que demuestran que el cerebro sería clave en su interacción con los intestinos que está asociada con los síntomas del SCI", dijo Jeffrey Lackner, profesor de State University, Nueva York, Búfalo, y que no participó del estudio.
Aclaró que aún se desconoce la importancia de estas determinaciones en las actividades cotidianas de los pacientes. Opinó que los próximos estudios deberían explorar cuánto cambia la vida de los pacientes.
El equipo de Mayer está desarrollando programas online para aumentar el acceso a este enfoque.
FUENTE: Alimentary Pharmacology and Therapeutics, online 3 de diciembre del 2012.