Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - A pesar de la preocupación de que los pacientes con Parkinson son más propensos a volverse jugadores o compradores compulsivos, un nuevo estudio revela que los pacientes sin tratar no sufren de más adicciones que la población sin el mal.
"Esta es una prueba más de que el aumento de la frecuencia (de las adicciones) en los pacientes con Parkinson es por los tratamientos y no la enfermedad", dijo el doctor Daniel Weintraub, autor principal del estudio de la Escuela Perelman de Medicina de University of Pennsylvania, Filadelfia.
En el 2010, Weintraub había hallado que en los pacientes tratados con ciertos medicamentos para el Parkinson se triplicaba el riesgo de no poder controlar los impulsos al apostar, comer, comprar o tener relaciones sexuales.
Los llamados agonistas de la dopamina, como ropinirola y pramipexola, estimulan áreas del cerebro en las personas con Parkinson para mejorar los movimientos y reducir la rigidez y los temblores.
Los pacientes con esta enfermedad incurable tienen problemas con los movimientos, el control muscular y el equilibrio. Pueden desarrollar parálisis y morir. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos estiman que unas 500.000 personas padecen Parkinson y cada año hay 50.000 nuevos casos.
El equipo de Weintraub, cuyos resultados publica Neurology, entrevistó a 168 personas con Parkinson sin tratar y a 143 personas sanas. A todos se les preguntó si apostaban, comían, compraban o tenían conductas sexuales compulsivamente. Los autores no hallaron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a las conductas compulsivas.
El 1 por ciento de cada grupo dijo que tenía problemas con los juegos de azar, mientras que el 2-3 por ciento era adicto a las compras y el 3,5-4 por ciento tenía adicción al sexo. El 20 por ciento de los participantes de cada grupo no podía controlar los impulsos.
"Este estudio respaldaría la asociación con los medicamentos utilizados", dijo la doctora Anhar Hassan, que no participó del estudio e investiga sobre los trastornos del movimiento.
Hassan, de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, explicó que la relación entre las terapias para el Parkinson y las adicciones se descubrió entre el 2003 y el 2004; desde entonces, es un efecto adversos conocido en los pacientes con Parkinson.
"Es rutina advertir a los pacientes sobre ese efecto secundario potencial cuando les indicamos comenzar estas terapias", dijo la investigadora. Por eso, los médicos pesquisan esas conductas en las consultas. "Pueden ser bastante devastadoras."
FUENTE: Neurology, online