Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Uno de cada 25 adolescentes estadounidenses intentó suicidarse, mientras que uno de cada ocho pensó hacerlo, según un nuevo estudio a nivel nacional.
Para los autores, esas cifras son similares a las del predominio del pensamiento y los intentos suicidas de los adultos, lo que sugiere que la adolescencia es un período especialmente vulnerable.
"Lo que muestra esta comparación es que el período de mayor riesgo para empezar a pensar en el suicidio es la adolescencia", explicó el psicólogo Matthew Nock, coautor del estudio de Harvard University, Cambridge, Massachusetts.
Los resultados surgen de entrevistas individuales con casi 6.500 adolescentes de Estados Unidos y de cuestionarios que respondieron sus padres. Los autores intentaron determinar también qué adolescentes reunían los criterios clínicos de distintos trastornos mentales.
Hallaron que el 12 por ciento había pensado en suicidarse, mientras que el 4 por ciento lo había planeado y el mismo porcentaje lo había intentado.
El equipo de Nock halló que casi todos los adolescentes que habían pensado o intentado suicidarse tenían un trastorno mental, como depresión, trastorno bipolar, TDAH o consumo de drogas o alcohol.
Más de la mitad ya estaba bajo tratamiento al momento de una conducta suicida. Eso, para Nock, era "alentador" y, a la vez, "preocupante".
"Sabemos que muchos chicos que están en riesgo y piensan en el suicidio están recibiendo (tratamiento)", dijo. Aun así, "no sabemos cómo detenerlos ni contamos con tratamientos basados en la evidencia para la conducta suicida", agregó.
Amy Brausch, psicóloga especializadas en autolesiones y suicidio adolescente de Western Kentucky University, Bowling Green, sostuvo que esto no habría que interpretarse como que los tratamientos mentales no ayudan a los adolescentes.
"El estudio no nos dice si ellos hablaron con sus terapeutas sobre esos pensamientos ni si era el motivo del tratamiento", explicó Brausch, que no participó del estudio publicado en JAMA Psychiatry.
Los CDC estiman que el suicidio es la tercera causa de muerte entre los 10 y 24 años; cada año mueren unos 4600 jóvenes.
Aunque las niñas son más propensas a intentar suicidarse, algo que confirmó el estudio de Nock, los varones tienen tasas más altas de mortalidad por suicidio debido a que optan por métodos más drásticos, como las armas.
Brausch recomendó que los padres conversen con sus hijos adolescentes sobre la importancia de que pregunten sobre problemas como la depresión y que presten atención a los cambios anímicos y conductuales.
FUENTE: JAMA Psychiatry, online 9 de enero del 2013