Para ambos cónyuges

Puede que el matrimonio reduzca el riesgo de ataque cardiaco

El hallazgo da su respaldo a que se haga el voto 'en la salud y en la enfermedad'.

Fuente: Medlineplus

El matrimonio aparentemente reduce el riesgo de ataque cardiaco tanto en hombres como en mujeres, según unos investigadores de Finlandia.
 
Otros estudios han mostrado que estar soltero o vivir solo incrementa el riesgo de desarrollar y morir de enfermedad cardiaca. Muchos de estos estudios, sin embargo, se centraron solo en los hombres, aunque este nuevo estudio abarca a ambos sexos, comentaron los investigadores.
 
"Nuestro estudio sugiere que el matrimonio reduce el riesgo de eventos coronarios agudos y de fallecer por este tipo de eventos en hombres y mujeres de cualquier edad", afirmó la investigadora principal, la Dra. Aino Lammintausta, del Hospital de la Universidad de Turku.
 
"Además, sobre todo para hombres y mujeres de mediana edad, estar casado y la cohabitación están asociados con un pronóstico considerablemente mejor en las incidencias por eventos coronarios agudos antes de ser hospitalizados y después de llegar con vida al hospital", aseguró.

El estudio aparece en la edición del 31 de enero de la revista European Journal of Preventive Cardiology.
 
Para realizar el estudio, el equipo de Lammintausta recogió los datos de más de 15,300 personas que sufrieron ataques cardiacos entre 1993 y 2002. Alrededor de 7,700 de estas personas murieron en los 28 días posteriores al ataque.
 
Al observar el papel que el matrimonio podría tener en la probabilidad de padecer un ataque cardiaco, los investigadores hallaron que los hombres no casados tenían entre un 55 y un 66 por ciento más de probabilidades de sufrir un ataque cardiaco, y las mujeres solteras entre un 60 y un 65 por ciento más, en comparación con los casados.

La diferencia en el riesgo de morir de ataque cardiaco era incluso mayor para los hombres solteros que para las mujeres, afirmaron los investigadores. Para los hombres solteros, el riesgo de morir en 28 días tras un ataque cardiaco era del 60 al 168 por ciento más alto que para los hombres casados; en el caso de las mujeres solteras, el riesgo de morir de ataque cardiaco era del 71 al 175 por ciento mayor que para las mujeres casadas.
 
Las probabilidades de morir de ataque cardiaco eran mayores para los hombres y mujeres solteros en todas las edades, en comparación con las personas casadas que tenían un edad parecida, comentaron los investigadores.
 
La razón por la que el matrimonio podría tener este efecto no está clara. Sin embargo, los investigadores sugieren varias razones posibles.
 
Quizás sea más probable que los solteros sufran de mala salud, apuntaron. Las personas casadas pueden vivir con unas condiciones económicas mejores, vivir de forma más saludable y tener más amigos y un mayor apoyo social, lo que resulta beneficioso para la salud. También es más probable que las personas casadas llamen antes a una ambulancia que las personas solteras, afirmaron los investigadores.
 
Además, las parejas casadas reciben un mejor trato en el hospital y después de ser dados de alta, comentaron.

Por otro lado, los investigadores sugirieron que las personas solteras puede que tengan menos probabilidades de tomar medidas para la prevención de ataques cardiacos, como, por ejemplo, tomar diariamente una aspirina, estatinas para bajar el colesterol y medicamentos para controlar la hipertensión.
 
"Para bien o para mal, el matrimonio se asocia con una mejor salud cardiovascular y con un riesgo menor de muerte por un evento coronario agudo", comentó el Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California, en Los Ángeles.
 
Las razones por las que el matrimonio o la cohabitación puede proteger a las personas de ataques cardiacos requieren de más estudio, añadió. También se necesita más investigación para establecer una relación de causa y efecto entre estar casado y sobrevivir a los ataques cardiacos.
 
FUENTES: Aino Lammintausta, M.D., Turku University Hospital, Finland; Gregg Fonarow, M.D., professor of cardiology, University of California, Los Angeles; Jan. 31, 2013, European Journal of Preventive Cardiology