Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Recibir tratamiento por un infarto en una sala de emergencias con alta demanda está asociado con la aparición de síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT), según revela un estudio que no prueba que las salas de ER superpobladas provoquen estos síntomas.
Sin embargo, los autores sugieren que sus resultados demuestran que el ambiente de los hospitales podría dejar una marca en la salud mental de los pacientes.
"Estamos demostrando que, además de la gravedad de un infarto, el ambiente de los departamentos de ER puede alterar el ajuste psicológico posterior de los pacientes", resumió el autor principal del estudio, Donald Edmondson, del Centro Médico de La Universidad de Columbia.
El nuevo estudio surge de una investigación previa del mismo equipo que había mostrado que uno de cada ocho pacientes con infarto desarrolla síntomas de TEPT. Esos síntomas estuvieron asociados con el riesgo de sufrir de un segundo infarto y morir en los tres años posteriores.
Los síntomas del TEPT incluyen un estado de tensión permanente, pesadillas o recuerdos súbitos de una experiencia traumática y el esfuerzo de tratar de no pensar en los síntomas.
Investigaciones previas habían asociado los infartos con el TEPT pero los autores publican en JAMA Internal Medicine que esos trabajos no se habían concentrado en identificar la influencia potencial del ambiente hospitalario.
En el 2009, una encuesta demostró que el 90 por ciento de los directores de ER de Estados Unidos consideraban que la superpoblación de las salas era un problema en sus hospitales varias veces por semana: prolongaban la espera, generaban insatisfacción en los pacientes y elevaban el riesgo de obtener malos resultados con la atención.
"Si uno visita un departamento de emergencias urbano una tarde complicada, podrá ver pasillos llenos de pacientes, pacientes que consumen droga y con enfermedades mentales", dijo el doctor Benjamin Sun, experto en superpoblación de hospitales de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon, en Portland, y que no participó en el estudio.
"Un paciente muy enfermo que recibe atención en esa situación se dará cuenta de por qué se sentirá estresado", sostuvo.
El equipo de Edmondson utilizó información de las historias clínicas y de las entrevistas realizadas a 135 pacientes atendidos por un infarto en un hospital de esta ciudad entre el 2009 y el 2011.
Las salas de ER atendían a 199 personas los días con menos trabajo y 255 en las jornadas con mayor demanda.
Los pacientes infartados atendidos los días con menos demanda obtenían 3 puntos en una escala de gravedad de los síntomas del TEPT de 0 a 88 puntos (a mayor puntaje, más gravedad). Los días de más trabajo, los pacientes atendidos alcanzaban los 8 puntos en la escala.
Edmondson aclaró que ningún grupo obtuvo un puntaje tan alto como para que le diagnosticaran TEPT, pero que la diferencia observada es fácilmente percibida por los pacientes.
Sun señaló que existen varias formas de evitar la superpoblación hospitalaria, como impedir que se llenen los pasillos de todo el hospital.
Edmondson consideró que el próximo paso será analizar ese problema con una cohorte más grande y en más de un hospital. Agregó que el exceso de demanda en las salas de emergencias podría afectar también a otro tipo de pacientes.
"No debe haber algo especial en los pacientes infartados que los vuelva más susceptibles al ambiente de los departamentos de ER", indicó.
FUENTE: JAMA Internal Medicine