Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Achicar el tamaño de los platos y los bols que utilizan los niños y alentarlos a comer más veces durante el día ayudaría a que coman menos y no engorden.
Los autores de un estudio hallaron que los niños de primer grado se servían porciones más pequeñas si utilizaban platos más pequeños y que comían menos cuando eso ocurría.
Y una revisión de la literatura publicada mostró que los niños y los adolescentes que comían más frecuentemente durante el día eran un 22 por ciento menos propensos a tener sobrepeso que los que comían menos veces por día.
Jennifer Fisher, coautora del primer estudio, consideró preliminares los resultados, pero aseguró que son informativos para los padres. "Por ahora, sería algo que los padres pueden incorporar fácilmente en la vida cotidiana sin demasiado esfuerzo", indicó Fisher, de Temple University, Filadelfia.
Con su equipo estudió a 42 alumnos de escuelas primarias que se les permitió servirse el almuerzo. Durante cuatro, usaron platos y bols infantiles; otros cuatro días, usaron platos de tamaño adulto (dos veces más grande que el tamaño infantil).
En los platos infantiles, los niños se sirvieron entre 300 y 500 calorías diarias en comidas como pasta o nuggets de pollo, mientras que con los platos de tamaño adulto incorporaron unas 90 calorías más. Y los niños que se sirvieron más comida tendieron a comer más, según publica el equipo en Pediatrics.
"Los resultados son muy interesantes y confirman nuestra hipótesis de que el efecto que tiene el tamaño del plato en experimentos de laboratorio con adultos también se aplica a los niños", dijo por e-mail el doctor Thomas Robinson, especialista en obesidad infantil de Stanford University, California.
"El estudio aporta pruebas preliminares importantes de que el uso de vajilla más pequeña reduciría el consumo calórico en los niños".
Un equipo de la Universidad de Harokopio de Atenas, Grecia, revisó 11 estudios, principalmente realizados en la zona del Mediterráneo, que habían comparado la frecuencia alimentaria y el peso en unos 19.000 niños y adolescentes.
El patrón común fue que los que más veces comían durante el día (por lo menos cuatro o cinco veces) eran los menos propensos a tener sobrepeso u obesidad. Pero un análisis más detallado reveló que esa asociación sólo se mantenía en los varones.
Robinson, que no participó del estudio, consideró difícil decir qué surgió primero: la frecuencia alimentaria o el sobrepeso. Los resultados "no parecen demasiado convincentes hacia uno u otro lado", sostuvo.
"Además, cuesta hallar un motivo convincente de por qué los varones y las mujeres serían distintos", agregó.
Para los autores, los resultados no prueban que un niño vaya a adelgazar si come con más frecuencia durante el día. Pero las escuelas, por ejemplo, podrían ayudar si proporcionan comidas más pequeñas y frecuentes durante el día.
"En lugar de ofrecer tres grandes comidas diarias, sería mejor para los padres que sus hijos coman más porciones pequeñas y más snacks durante el día", opinó por e-mail la coautora, Mary Yannakoulia. Pero insistió en la necesidad de que los padres presten atención a la calidad de esos snacks.
Los CDC estiman que el 17 por ciento de los niños y los adolescentes de Estados Unidos son obesos, una cantidad que casi se triplicó desde 1980.
FUENTE: Pediatrics, online