Por David y Douglas
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio revela que la administración por vía intravenosa (IV) de dosis más altas de hierro benefician a los pacientes en hemodiálisis, aunque aún se desconocen los riesgos.
"La administración por vía IV de dosis más altas de hierro es más efectiva para elevar los niveles de hemoglobina y reducir el uso de Epogen (epoetina alfa) que el uso de dosis más bajas, y el hierro sacarosa da mejor resultado que el gluconato férrico para mejorar los niveles de hemoglobina", resumió por e-mail el doctor Abhijit Kshirsagar.
"Aun así -agregó-, debemos ser cuidadosos, en especial con el uso de altas dosis de hierro porque el beneficio absoluto en los niveles de hemoglobina es reducido y su perfil de seguridad aún hay que completarlo".
En The American Journal of Medicine, el equipo de Kshirsagar, de University of North Carolina, Chapel Hill, analizó información de 117.050 pacientes estadounidenses recolectada entre el 2004 y el 2008.
Durante seis semanas, las dosis consecutivas de por lo menos 100 mg de hierro y de más 600 mg durante un mes (dosaje en bolo) superaron a todas las dosis de hierro restantes (dosis de mantenimiento).
El dosaje en bolo estuvo asociado con un mayor nivel promedio ajustado de hemoglobina, saturación de la transferrina y ferritina en sangre, además de una menor dosis promedio de epoetina. Las mismas tendencias se observaron con las dosis altas de hierro (más de 200 mg por mes) versus las dosis más bajas.
La comparación del gluconato férrico con el hierro sacarosa durante un mes en 66.207 pacientes reveló un nivel promedio ajustado de hemoglobina de 0,16 g/dL más con hierro sacarosa.
Quizás de manera fortuita, durante el período de observación se detectó una tendencia a un mayor uso de sacarosa. "Las grandes organizaciones especializadas en diálisis optan por el hierro sacarosa por la estructura favorable de precios, el dosaje intuitivo (varias dosis de 50 mg en lugar de 62,5 mg) y la facilidad para administrarla (vías en lugar de ampollas de vidrio)".
"Ante la falta de información sobre la seguridad clínica de las dosis más altas de hierro administradas por vía IV", el equipo sostiene que "lo más prudente sería la moderación (...) Sería necesario realizar un ensayo clínico que compare las dosis y las fórmulas".
FUENTE: The American Journal of Medicine