Por Lorraine L. Janeczko NUEVA YORK (Reuters Health)
Un estudio sugiere que los pacientes con artritis reumática tendrían alto riesgo de padecer tromboembolia venosa (TEV).
En los participantes, el riesgo estaba atenuado, pero, aún así, era alto tras considerar los factores de riesgo conocidos, como la enfermedad cardiovascular (ECV), cirugías, internaciones, tratamientos farmacológicos y niveles de reactantes de fase aguda.
La artritis reumática (AR) "debería reconocerse como uno de los factores de riesgo de TEV", y los médicos y los pacientes deberían "tener en cuenta las medidas adecuadas para prevenir la TEV" en el caso de una cirugía u otros eventos que pueden causar un TEV, consideró por e-mail el autor principal, doctor Seoyoung C. Kim, del Hospital de Brigham y las Mujeres, Boston.
Aunque es retrospectivo, el estudio es el primero sobre el riesgo de TEV en personas con AR tras ajustar los niveles de reactantes de fase aguda, según aseguran los autores. El equipo estudió más de siete años de información sobre reembolsos de prestaciones de Medicare y comerciales, emparejando adultos con y sin AR por edad, sexo y la fecha índice. Finalmente, identificaron a más de 22.000 pacientes con AR y a más de 88.000 personas sin AR.
La fecha índice en el grupo con AR era la fecha de entrega de un primer fármaco antirreumático modificador de la enfermedad (DMARD, por su nombre en inglés) y en grupo sin AR (control) fue la fecha de la segunda consulta médica después de por lo menos 12 meses de ingreso al plan de salud, según publica Arthritis Care & Research.
Ambos grupos tenían alrededor de 52 años; el 75 por ciento era mujer. Los grupos tenían diferencias significativas en casi todas las demás características basales; las comorbilidades asociadas con el riesgo de padecer TEV eran más comunes en los pacientes con AR que sin AR (tabaquismo, hipertensión, ECV, EPOC, cirugía intrabdominal, terapia de reemplazo hormonal, uso de anticonceptivos orales y utilización del sistema de salud).
Los niveles iniciales de reactantes de fase aguda, evaluados en el 15 por ciento de los pacientes con AR y el 1 por ciento del grupo sin AR, estaban altos en el 37 por ciento de los pacientes y el 18 por ciento del grupo control. El nivel promedio de proteína C reactiva al inicio del estudio era de 15,2 mg/L con AR y de 3,4 mg/L sin AR. El valor promedio basal de sedimentación de eritrocitos con o sin AR era, respectivamente, de 19,3 y 10,2 mm/hr.
En dos años, la tasa de TEV en los pacientes con AR era de 6,1 por cada 1000 años persona, es decir, 2,4 veces más alta que en el grupo control.
Tras considerar factores potencialmente confundentes, el riesgo de TEV se mantuvo un 40 por ciento más alto en los pacientes con AR que en el grupo control.
Un tercio de los pacientes que desarrolló TEV tenía uno o más de los principales factores de riesgo (internación por causas agudas, cirugía o diagnóstico oncológico) dentro de los 90 días.
"Lo distintivo de este estudio es que también evaluamos a un subgrupo de pacientes con reactantes de fase aguda", dijo Kim. Agregó que aunque ese subgrupo era pequeño, la tasa de riesgo tras ajustar los niveles elevados de reactantes de fase aguda seguía siendo del 1,5.
El doctor Jonathan Graf, director de la Clínica de Artritis Reumática de University of California, San Francisco, dijo por e-mail que se desconoce qué pacientes tienen el riesgo más alto de padecer TEV y si los beneficios de las medidas preventivas superan los riesgos.
"Se están acumulando pruebas de un pequeño, pero estadísticamente significativo, aumento del riesgo de TEV en pacientes con AR", dijo Graf. Pero señaló que la mayoría de esas pruebas es retrospectiva. "Mientras que estos estudios intentan controlar factores confundentes distintos a la AR que podrían influir en la TEV, eso sería casi imposible hacerlo por completo", dijo.
"El beneficio de cualquier terapia preventiva por ahora no supera el riesgo dado el pequeño aumento de riesgo generalizado de TEV. Ningún estudio ha demostrado algún beneficio de la anticoagulación o la terapia antiplaquetaria en los pacientes con AR, salvo, quizás, aquellos que pasaron por una cirugía mayor, como un reemplazo de cadera".
"Por ahora -agregó-, es algo que los médicos y los pacientes deberían conocer. Hay que alentar a los pacientes a realizar la mayor cantidad de actividad física que puedan".
FUENTE: Arthritis Care & Research