NUEVA YORK (Reuters Health)
Las dietas reducidas en carbohidratos, grasas y el régimen alimentario mediterráneo serían igualmente beneficiosos para las personas con sobrepeso y enfermedad renal leve o moderada.
Incluso la dieta con bajo contenido de carbohidratos, que es más rica en proteínas, "es aparentemente tan efectiva como las dietas mediterránea o reducidas en grasa para mejorar la función renal, lo que ocurriría con las tres dietas por la disminución de la presión y el aumento de la sensibilidad a la insulina que ocurre al adelgazar", explicó la doctora Iris Shai por e-mail.
El equipo de Shai, de la Universidad Ben Gurion del Negev, Beer-Sheva, hizo que 99 personas con enfermedad renal crónica moderada (ERC estadio III) y 219 con ERC estadio I-II (normal o leve) realizaran al azar una dieta reducida en grasa, de estilo mediterráneo o con bajo contenido de carbohidratos.
En la revista Diabetes Care, el equipo publica que a los dos años, la tasa de adherencia era del 85 por ciento y que la filtración glomerular estimada (eGFR, por su nombre en inglés) había mejorado significativamente, y de manera similar, en cada grupo: 5,3 por ciento con la dieta reducida en carbohidratos, 5,2 por ciento con la dieta mediterránea y 4 por ciento con la dieta reducida en grasas.
El aumento generalizado fue del 6,7 por ciento en los participantes con diabetes tipo 2 y del 4 por ciento en los participantes sin diabetes. Los beneficios también alcanzaron a los participantes con la función renal basal más alta y más baja. El cociente microalbúmina/creatinina en orina también mejoró por igual con las tres dietas.
En un modelo de variables múltiples, tras considerar distintos factores (edad, sexo y dieta), sólo la reducción de la insulina en ayunas y la presión sistólica se mantuvieron independientemente asociadas con una mayor eGFR.
Por lo tanto, los autores concluyen que "las intervenciones alimentarias para adelgazar mejoran progresivamente la eGFR y la microalbuminuria independientemente del enfoque nutricional utilizado".
Para Shai, los resultados permitirán ampliar las opciones alimentarias para mayor comodidad de los pacientes. Pero aclaró que las dietas estudiadas no se probaron en pacientes con enfermedad renal crónica grave, por lo que los resultados no serían aplicables a ese grupo.
Sin embargo, en los pacientes con sobrepeso, con o sin diabetes tipo 2, y con enfermedad renal leve a moderada, "las intervenciones alimentarias para adelgazar mejorarían progresivamente la función renal", finalizó Shai.
FUENTE: Diabetes Care, online