La investigación solo descubrió una asociación entre la estatura y el riesgo de la enfermedad, no una relación causal.
Unos científicos que evaluaron el riesgo de cáncer tras la menopausia plantean que las mujeres más altas podrían enfrentarse a unas mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad que sus pares más bajitas.
Por cada aumento en la estatura de aproximadamente 4 pulgadas (10 centímetros), las mujeres mayores se enfrentaban a un aumento del 13 por ciento en el riesgo general de 19 tipos de cáncer, sugirió un nuevo estudio. Cuando se desglosó según el tipo específico, el riesgo aumentó en casi un tercio en ciertos cánceres.
"En este momento, ha habido suficientes estudios que han apuntado en la misma dirección como para que estemos razonablemente seguros de que entre estas mujeres hay un mayor riesgo de cáncer con una mayor estatura", comentó el coautor del estudio, el Dr. Thomas Rohan, presidente del departamento de epidemiología y salud poblacional del Colegio de Medicina Albert Einstein, en la ciudad de Nueva York.
"Aunque se trata de una observación muy interesante, en realidad no sabemos qué lo explica", comentó Rohan. "Quizás un mayor tamaño de los órganos o cambios en los niveles de ciertas hormonas".
Sin embargo, dado que los hallazgos solo sugieren una asociación y no prueban una relación causal directa entre la estatura y el riesgo de cáncer, las mujeres altas no deben entrar en pánico.
Para el estudio, que aparece en la edición de agosto de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, los autores utilizaron datos recolectados anteriormente por la Iniciativa de salud de las mujeres. En ese trabajo participaron casi 145,000 mujeres que tenían entre 50 y 70 años de edad cuando fueron reclutadas para el estudio, en la década de los 90.
Los autores del estudio se concentraron en un subconjunto de casi 21,000 mujeres postmenopáusicas que habían desarrollado al menos una forma de cáncer durante el periodo de seguimiento de doce años.
Tras tomar en cuenta la edad, los antecedentes de consumo de alcohol y tabaco, la educación, el peso y el índice de masa corporal, y el uso de terapia de reemplazo hormonal de las pacientes, los investigadores concluyeron que una mayor estatura parecía estar vinculada de forma independiente con un mayor riesgo de cáncer.
La asociación se sostuvo incluso después de que se tomara en cuenta el historial de pruebas exploratorias del cáncer de cada paciente, entre ellas las mamografías, los frotis de Papanicolaou y los exámenes colorrectales.
El riesgo de cáncer de mama, colon, endometrio, riñón, ovario, recto y tiroides aumentó con la estatura, apuntó el equipo de investigación, al igual que varias formas de mieloma y melanoma.
Específicamente, cada diez centímetros (unas 4 pulgadas) adicionales de estatura conllevaron un aumento de entre el 13 y el 17 por ciento en las probabilidades de desarrollar melanoma, cáncer de mama, de ovario, de endometrio o de colon. Y el riesgo de cáncer de riñón, recto, tiroides o sangre aumentó entre un 23 y un 29 por ciento, apuntaron los autores del estudio.
Rohan señaló que aún está por verse qué resultará de la observación del riesgo relacionado con la estatura respecto a mejoras en las pruebas y en las intervenciones contra el cáncer.
"Probablemente no se trate de un mecanismo de detección efectivo. Intuyo que simplemente es un factor demasiado amplio como para resultar útil", planteó. "Y claramente, no estamos hablando de un factor modificable. Obviamente no recomendamos que las mujeres hagan lo que puedan por reducir su estatura. Pero con más trabajo, en última instancia esto podría decirnos algo sobre la biología del cáncer, y sobre cómo la genética desempeña un rol en el aumento del riesgo de cáncer en algunas mujeres y hombres".
Rebecca Siegel, epidemióloga y directora de información de vigilancia de la Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society), dijo que los hallazgos abren avenidas múltiples para consideraciones adicionales.
"Una explicación posible de estos hallazgos es que las exposiciones tempranas durante el desarrollo que influyen sobre la estatura en la adultez también podrían contribuir al riesgo de cáncer", comentó. "En ese caso, la estatura sería un marcador del riesgo de cáncer, no un factor causal". Por ejemplo, la nutrición en la niñez influye sobre la estatura en la adultez.
Quizás las personas más altas simplemente tengan más células, añadió Siegel. "Aunque no se comprenden bien los motivos subyacentes de esta asociación, esta información podría ser una pieza importante del rompecabezas del cáncer, que podría contribuir a una mayor comprensión sobre cómo y por qué se desarrolla el cáncer", aseguró.
FUENTES: Thomas Rohan, M.D., Ph.D., chairman and professor of epidemiology and population health, Albert Einstein College of Medicine, Yeshiva University, New York City; Rebecca Siegel, M.P.H., epidemiologist, and director of surveillance information, American Cancer Society, Atlanta; August 2013 Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention.
Asociación entre mujeres menopáusicas
¿Hay relación entre la estatura y el cáncer?
Las mujeres más altas podrían enfrentarse a unas mayores probabilidades de cáncer tras la menopausia, sugiere un estudio.
Fuente: Medlineplus