Por Genevra y Pittman
Esos fármacos sólo controlan la enfermedad si los síntomas se deben a la acción de una bacteria, no de un virus, según indicó la Comisión de Enfermedades Infecciosas de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés).
Aun así, estudios publicados demuestran que muchos niños y adultos reciben la indicación de utilizar antibióticos por tos y resfrío que causan los virus. Esto aumenta el riesgo de que los gérmenes se vuelvan resistentes a los antibióticos, sin ayudar a los pacientes.
"La población no reconoce la magnitud de este problema", dijo el doctor Theoklis Zaoutis, integrante de la comisión de la AAP y especialista en enfermedades infecciosas del Hospital de Niños de Filadelfia, Pensilvania.
Los CDC estiman que, cada año, por lo menos 2 millones de estadounidenses adquieren una infección por una bacteria resistente a los antibióticos y que 23.000 de ellos mueren. El uso de antibióticos, correcto o no, favorece ese riesgo.
Algunos efectos adversos de eso fármacos son la diarrea y el prurito, que generan más de 150.000 consultas médicas pediátricas por año. Las reacciones alérgicas graves son ocasionales.
La comisión aclara que los síntomas de las infecciones respiratorias bacterianas y virales se pueden superponer. De modo que los pediatras deben aplicar criterios estrictos para decidir cuándo deben indicar un antibiótico.
Los bebés con dolor e infección graves en ambos oídos son los que más se beneficiarán con esos fármacos, según explica la AAP. Pero en la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen solos, de modo que una opción para tratar a los niños más grandes sin dolor grave es la espera vigilada.
Los antibióticos para la rinorrea y la tos deberían utilizarse si los síntomas son graves, se prolongan o empeoran. Cuando los niños sienten dolor de garganta, los pediatras deben realizar el test para confirmar una faringitis por estreptococo sólo a aquellos que tengan ciertos síntomas, como inflamación de los nódulos linfáticos o las amígdalas y fiebre.
Cuando se justifica el uso de antibióticos, se recomienda que los médicos les receten amoxicilina (Moxatag o DisperMox, entre otras marcas) o amoxicilina con clavulanato (Augmentin) a los niños con infecciones de oído y sinusitis.
Esa combinación causa diarrea u otros trastornos estomacales en un cuarto o la mitad de los pacientes, según explicó el doctor Jeffrey Linder, del Hospital de Brigham y las Mujeres, Boston, que no participó del estudio.
En Pediatrics, la revista de la AAP, la comisión publica que la amoxicilina o la penicilina son las mejores opciones para tratar la faringitis por estreptococo. Los antibióticos más nuevos, de amplio espectro, generan resistencia a los fármacos.
"Hay que utilizar el antibiótico con el espectro de acción más reducido posible, es decir, que elimine los gérmenes que están causando la infección, pero sin efectos colaterales sobre el resto de las bacterias del organismo", indicó Zaoutis.
Linder opinó que algo en lo que los médicos deben trabajar es en decirles a los padres cuándo no necesitan concurrir al consultorio. Es que para los resfríos y las infecciones por otros virus, aun aquellos que se prolongan, no hay mucho que los médicos puedan hacer, excepto pedirles paciencia.
FUENTE: Pediatrics
Recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría
Aconsejan precaución con los antibióticos infantiles
Una comisión de expertos recomendó que los pediatras evalúen cuidadosamente a los pacientes con infecciones de oído, secreción nasal y dolor de garganta antes de recetarles un antibiótico.