Una nueva investigación de la Universidad de McMaster, en Hamilton, Ontario, Canadá, descubrió que el uso generalizado de medicamentos que contienen compuestos para bajar la fiebre pueden favorecer decenas de miles de casos de influenza y más de un millar de muertes atribuibles al virus cada año en toda América del Norte. Entre estos fármacos están el ibuprofeno, el paracetamol y el ácido acetilsalicílico.
“Cuando se tiene influenza, la gente suele tomar una medicina para reducir la fiebre. A nadie le gusta sentirse mal, pero resulta que nuestra comodidad puede ser a costa de infectar a otras personas”, alerta el autor principal, David Earn, investigador del Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas (IIDR) Michael G. DeGroote y profesor de Matemáticas en la Universidad McMaster.
“Dado que la fiebre puede en realidad ayudar a reducir la cantidad de virus en el cuerpo de una persona enferma y disminuir la posibilidad de transmisión de enfermedades a los demás, tomar fármacos que bajan la fiebre puede aumentar la transmisión. Hemos descubierto que este aumento tiene efectos significativos cuando escalamos a nivel de toda la población”, añade.
El estudio fue coescrito con los profesores de McMaster Ben Bolker, de los departamentos de Matemáticas y Estadísticas y Biología y la IIDR, y Paul Andrews, del Departamento de Psicología, Neurociencia y Comportamiento.
“La gente a menudo toma o da a sus hijos medicamentos para bajar la fiebre con el fin de que puedan ir a trabajar o a la escuela –señala Earn–. Pueden pensar que el riesgo de infectar a otras personas es menor porque la fiebre es menor, pero las personas enfermas pueden eliminar más virus si la fiebre se ha reducido”.
Los investigadores reunieron información de muchas fuentes, incluidos experimentos en voluntarios humanos y en hurones (el mejor modelo animal para la influenza humana). A continuación, utilizaron un modelo matemático para calcular cómo el incremento en la cantidad de virus que se desprende de una sola persona que toma medicamentos para reducir la fiebre aumentaría el número total de casos en un año típico o en un año en el que una nueva cepa de la influenza causa una pandemia.
Un 5% más de casos de influenza
La conclusión es que la supresión de la fiebre aumenta el número de casos anuales en aproximadamente 5%, lo que corresponde a más de mil muertes más por influenza en un año típico en toda América del Norte. “Esta investigación es importante porque nos ayudará a entender la mejor manera de frenar la propagación de la influenza”, apunta David Price, profesor y director de Medicina de Familia en la Facultad de Medicina Michael G. DeGroote de McMaster.
“Como siempre, la madre naturaleza sabe más. La fiebre es un mecanismo de defensa para protegernos a nosotros mismos y a los demás. Bajar la fiebre con fármacos sólo debe tomarse para frenar la incomodidad pero no para permitir a la gente a salir a la comunidad cuando todavía debe quedarse en casa”, afirma este investigador. “A menudo se aconseja a la gente tomar medicamentos para reducir la fiebre y los textos médicos afirman que hacerlo es inofensivo. Este punto de vista tiene que cambiar”, agrega Andrews.
Los resultados de la investigación se hacen eco de estudios anteriores que han demostrado que el uso generalizado de los medicamentos puede tener efectos no deseados sobre la transmisión de la enfermedad. Por ejemplo, ahora está bien aceptado que el uso indiscriminado de antibióticos ha llevado a la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos que amenazan la vida.
“Los padres y los profesionales de la salud por igual se han centrado en hacer que sus hijos o pacientes se sientan mejor mediante la reducción de la fiebre, sin ser conscientes de los efectos secundarios potencialmente dañinos a nivel de población. Aunque hemos puesto juntas las mejores estimaciones disponibles para cada parámetro en nuestro modelo, nos queda un largo camino por recorrer antes de que podamos hacer propuestas políticas concretas”, señala Bolker.