Por Will Boggs
NUEVA YORK (Reuters Health) - Ciertas características de las fracturas infantiles despiertan la sospecha de que existió un abuso físico, según revelan las nuevas guías de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés).
"Cualquier lesión infantil, incluidas las fracturas, puede ser la consecuencia del abuso infantil, sin importar la etnia o las circunstancias socioeconómicas de los niños", dijo por correo electrónico la doctora Emalee G. Flaherty, del Hospital de Niños Lurie, Chicago.
"Los médicos siempre deberían tener en cuenta la posibilidad de que una fractura haya ocurrido por abuso infantil", agregó.
"Una historia clínica completa sobre la lesión, un examen físico y una evaluación cuidadosos, la comprensión del mecanismo de cierta fractura y la existencia de otras lesiones ayudarán a los médicos y otros especialistas a reconocer este peligro oculto", resumió Flaherty.
La doctora también es miembro de la Comisión de Abuso y Abandono Infantil de la AAP y revisó las últimas evidencias sobre los mecanismos de las fracturas y las enfermedades que predisponen a las fracturas en los bebés y los niños.
Las fracturas más típicas del abuso infantil son:
- Lesiones metafisarias en los huesos largos
- Quebraduras de costillas (en especial, las posteromediales).
- Fracturas escapulares
- De las apófisis espinosas
- Del esternón
Otras características que deben generar sospechas son:
* Ausencia de lesiones previas
* Antecedentes inverosímiles de lesiones
* Relatos inconsistentes o variables de los cuidadores
* Fractura en un niño que no camina
* Fracturas múltiples
* Fracturas con distinta antigüedad
* Otras lesiones sospechosas de abuso infantil
* Retraso en la consulta por una lesión
Por otro lado, también existen enfermedades que aumentan el riesgo de fracturas entre los niños, como la osteogénesis imperfecta, el parto prematuro, raquitismo por deficiencia de vitamina D, osteomielitis, desmineralización por desuso, déficit de cobre y enfermedad de Menkes, entre otras.
Pero Flaherty aclaró que se tratan de "causas muy raras de fractura en un bebé o un niño sin otros problemas".
A los menores de dos años (y algunos de entre dos y cinco años) con fracturas sospechosas de abuso se les debería realizar una radiografía del esqueleto con las recomendaciones del Colegio Estadounidense de Radiología.
En los menores de un año con fracturas sospechosas deberían hacerse también estudios por imágenes del cráneo y el cerebro porque las lesiones en la cabeza suelen estar ocultas.
Las nuevas recomendaciones aconsejan también evaluar por maltrato a los hermanos y otros integrantes jóvenes de la familia de los niños víctimas de abuso físico y les recuerdan a los médicos y otros profesionales de la salud de todos los estados y territorios estadounidenses que tienen la obligación de notificar toda sospecha de abuso infantil.
La doctora Jeannette M. Perez-Rossello, radióloga pediátrica de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston, Massachusetts, también participó de la elaboración de las recomendaciones y dijo por correo electrónico que "las fracturas son uno de los indicadores más sólidos de que existió abuso infantil.
Los radiólogos pediátricos tienen un papel clave en la identificación de las lesiones esqueléticas específicas del abuso, como las fracturas de costillas y las lesiones metafisarias clásicas".
FUENTE: Pediatrics