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¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental grave que se distingue por los estados de ánimo, comportamiento y relaciones inestables.

Fuente: NIH

En 1980, el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Tercera edición (DSM-III por sus siglas en inglés) enumeró por primera vez al trastorno límite de la personalidad como una enfermedad diagnosticable. La mayoría de los psiquiatras y otros profesionales de la salud mental utilizan el DSM para diagnosticar las enfermedades mentales.

Como algunas personas con el trastorno límite de la personalidad sufren de episodios psicóticos breves, originalmente los expertos pensaban que esta enfermedad era una versión atípica, o límite, de otros trastornos mentales.1 Aunque los expertos de la salud mental coinciden en que el nombre “trastorno límite de la personalidad” esta mal interpretado, y todavía no existe un término más preciso.

La mayoría de las personas con el trastorno límite de la personalidad sufren de:

  • Problemas para regular las emociones y pensamientos
  • Comportamiento impulsivo e imprudente
  • Relaciones inestables con otras personas
  • Las personas con este trastorno también tienen tasas altas de trastornos concurrentes, como depresión, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias y trastornos de la alimentación, así como la automutilación, los comportamientos suicidas o suicidios.

Según los datos de un subconjunto de participantes de una encuesta nacional sobre trastornos mentales, aproximadamente el 1,6 por ciento de adultos en los Estados Unidos sufren del trastorno límite de la personalidad en un año.2

Con frecuencia, el trastorno límite de la personalidad se considera difícil de tratar. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que el trastorno límite de la personalidad puede tratarse con eficacia y que muchas personas con esta enfermedad mejoran con el tiempo.1,3,4

¿Cuáles son los síntomas del trastorno límite de la personalidad?

Según el DSM, Cuarta Edición, Texto revisado (DSM-IV-TR), para recibir un diagnóstico del trastorno límite de la personalidad, una persona debe demostrar un patrón duradero de comportamiento que incluya, al menos, cinco de los siguientes síntomas:

  • Reacciones extremas, como pánico, depresión, ira o acciones frenéticas, incluyendo abandono real o percibido.

  • Un patrón de relaciones intensas y tempestuosas con la familia, amigos y seres queridos, que en general cambia entre la cercanía y amor extremo (idealización) y una aversión o ira extremas (devaluación).
     
  • Imagen propia o autoestima distorsionada e inestable, que pueden causar cambios repentinos en los sentimientos, opiniones, valores o planes y objetivos para el futuro (como las elecciones de estudios o carrera)
     
  • Comportamiento impulsivo y con frecuencia peligrosos, como comprar a lo loco, sexo sin protección, abusar de sustancias, conducir de forma imprudente y darse atracones de comida.
     
  • Comportamientos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación, como cortarse
    Ánimos intensos y muy cambiables, con episodios que duran desde unas pocas horas hasta varios días.
     
  • Sentimiento crónico de vacío o aburrimiento
     
  • Ira inadecuada e intensa o problemas para controlar la ira.
     
  • Pensamientos paranoicos relacionados con el estrés o síntomas severos de disociación, como sentirse separado de uno mismo, observarse desde fuera del cuerpo o perder contacto con la realidad.
     
  • Eventos aparentemente mundanos pueden activar síntomas. Por ejemplo, las personas con el trastorno límite de la personalidad pueden sentirse enojadas o afligidas por separaciones menores, como vacaciones, viajes de negocios o cambios repentinos de planes, de personas que sienten cercanas.
     
  • Los estudios demuestran que las personas con este trastorno pueden ver ira en un rostro que no muestra emociones5 y que tienen una reacción más fuerte a palabras con significado negativo que las personas que no padecen el trastorno.6

Suicidio y automutilación

La conducta autolesiva incluye suicidio o intentos de suicidio, así como las conductas autodestructivas que se describen a continuación. Al menos el 80 por ciento de personas con el trastorno límite de la personalidad tienen comportamientos suicidas7 y aproximadamente entre un 4 y un 9 por ciento se suicidan.4,7

El suicidio es uno de los resultados más trágicos de cualquier enfermedad mental. Algunos tratamientos pueden ayudar a reducir el comportamiento suicida de las personas con el trastorno límite de la personalidad. Por ejemplo, un estudio demostró que la terapia dialéctico-conductual (TDC) reduce los intentos de suicidio en las mujeres a la mitad en comparación con otros tipos de psicoterapia o terapia de diálogo.

La TDC también reduce el uso de la sala de emergencias y de servicios de hospitalización, así como retiene una mayor cantidad de participantes en la terapia, en comparación con otros enfoques del tratamiento.7 Para más información sobre la TDC, consulte la sección “

¿Cómo se trata el trastorno límite de la personalidad?”

A diferencia de los intentos suicidas, las conductas autodestructivas no se originan el deseo de morir. Sin embargo, algunas conductas autodestructivas pueden poner en riesgo la vida. Las conductas autodestructivas vinculadas con el trastorno límite de la personalidad incluyen cortarse, quemarse, calentarse, golpearse la cabeza, tirarse del cabello y otros actos dañinos. Las personas con el trastorno límite de la personalidad pueden tener una conducta autodestructiva para que los ayude a regular sus emociones, para castigarse o para expresar su dolor.8 No siempre perciben estos comportamientos como perjudiciales.

¿Cuándo comienza el trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad generalmente comienza durante la adolescencia o la adultez temprana.1,9 Algunos estudios señalan que los primeros síntomas de la enfermedad pueden ocurrir durante la niñez.10,11

Algunas personas con el trastorno límite de la personalidad padecen síntomas severos y requieren cuidado intensivo, muchas veces con hospitalización. Otros puede que reciban tratamientos ambulatorios sin nunca necesitar hospitalización ni cuidados de emergencia. Algunas personas que padecen de este trastorno pueden mejorar sin ningún tratamiento.12

Los estudios señalan que los primeros síntomas pueden ocurrir durante la niñez

¿Qué enfermedades coexisten generalmente con el trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad ocurre generalmente con otras enfermedades. Estos trastornos concurrentes pueden dificultar el diagnóstico y tratamiento del trastorno límite de la personalidad, especialmente si los síntomas de las otras enfermedades coinciden con los síntomas del trastorno límite de la personalidad.

Las mujeres con el trastorno límite de la personalidad son mas propensas a tener trastornos concurrentes como, depresión mayor, trastornos de ansiedad o de la alimentación.

En el caso de los hombres, el trastorno límite de la personalidad es más probable de coincidir con trastornos como abuso de sustancias y el trastorno de personalidad antisocial.13

Según la National Comorbidity Survey Replication financiada por el NIMH, hasta el momento en el mayor estudio a nivel nacional sobre trastornos mentales en adultos estadounidenses, aproximadamente el 85 por ciento de las personas con trastorno límite de la personalidad también cumple con los criterios de diagnóstico para otras enfermedades mentales.2

Otras enfermedades que ocurren junto con el TLP incluyen diabetes, presión arterial alta, dolor crónico de la espalda, artritis y fibromialgia.14,15 Estas afecciones están asociadas con la obesidad, que es un efecto secundario común de lo medicamentos recetados para tratar el trastorno límite de la personalidad así como otros trastornos mentales. Para más información, consulte la sección "¿Cómo se trata el trastorno límite de la personalidad?"

¿Cuáles son los factores de riesgo del trastorno límite de la personalidad?

La investigación sobre las causas posibles y los factores de riesgo sobre el trastorno límite de la personalidad todavía se encuentra en una etapa muy temprana. Sin embargo, los científicos en general concuerdan en que es probable que estén involucrados factores genéticos y medioambientales.

Los estudios en gemelos con el trastorno límite de la personalidad señalan que la enfermedad tiene un alto componente hereditario.16,17 Otro estudio muestra que la persona puede heredar su temperamento y rasgos específicos de la personalidad, en especial la impulsividad y la agresión.18 Los científicos están estudiando genes que ayudan a regular las emociones y el control de los impulsos respecto a su posible relación con el trastorno.19

Es posible que los factores sociales o culturales aumenten el riesgo de padecer el trastorno límite de la personalidad. Por ejemplo, ser parte de una comunidad o cultura en las que las relaciones familiares inestables son comunes puede aumentar el riesgo de que una persona padezca el trastorno.1 La impulsividad, el mal criterio a la hora de tomar decisiones de estilo de vida y otras consecuencias del TLP pueden llevar a los individuos a situaciones de riesgo. Los adultos con el trastorno límite de la personalidad son mucho más propensos a ser las víctimas de violencia, incluyendo violación y otros delitos.

¿Cómo se diagnostica el trastorno límite de la personalidad?

Lamentablemente, el trastorno límite de la personalidad muchas veces se diagnostica de forma incorrecta o a menos personas que las que lo padecen.20,21

Un profesional de salud mental con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales, como un psiquiatra, psicólogo, trabajador social clínico o enfermera especialista en psiquiatría, puede detectar el trastorno límite de la personalidad basándose una entrevista exhaustiva y una charla sobre los síntomas. Un examen médico completo y exhaustivo puede ayudar a descartar otras posibles causas de los síntomas.

Es posible que el profesional en la salud mental realice preguntas sobre los síntomas y los historiales médicos tanto del paciente como de la familia, incluyendo cualquier historial de enfermedades mentales. Esta información puede ayudar al profesional de salud mental a decidir cuál es el mejor tratamiento.

Como, en algunos casos, las enfermedades mentales concurrentes pueden tener síntomas que coinciden con el trastorno límite de la personalidad, lo que hace difícil distinguir el trastorno límite de la personalidad de otras enfermedades mentales. Por ejemplo, una persona puede describir sentimientos de depresión pero podría no mencionar otros síntomas al profesional de la salud mental.

Ningún examen por sí solo puede diagnosticar el trastorno límite de la personalidad. Científicos financiados por el NIMH están buscando formas de mejorar el diagnóstico de este trastorno. Un estudio determinó que los adultos con el trastorno límite de la personalidad demostraron reacciones emocionales excesivas al leer palabras con significado desagradable en comparación con personas sanas. Las personas con un trastorno límite de la personalidad más severo demostraron una respuesta emocional más intensa que aquellos que sufren de un trastorno límite de la personalidad menos severo.6

¿Qué estudios se están realizando para mejorar el diagnóstico del trastorno límite de la personalidad?

Estudios recientes de neuroimagen muestran diferencias en la estructura y la función cerebrales entre las personas con el trastorno límite de la personalidad y aquellas que no padecen esta enfermedad.22,23 Algunas investigaciones sugieren que las áreas del cerebro involucradas en las respuestas emocionales se vuelven hiperactivas en personas con el trastorno límite de la personalidad cuando realizan tareas que perciben como negativas.24

Personas con el trastorno también muestran menos actividad en áreas del cerebro que ayudan a controlar las emociones, los impulsos agresivos y permiten a la persona entender el contexto de una situación. Estos hallazgos podrían ayudar a explicar la característica de los estados de ánimo inestables y muchas veces explosivos propios del trastorno límite de la personalidad.19,25

Otro estudio demostró que, al mirar imágenes emocionalmente negativas, las personas con el trastorno límite de la personalidad utilizaron áreas del cerebro diferentes a las personas sin el trastorno. Aquellos con la enfermedad tendieron a utilizar las áreas del cerebro relacionadas con las acciones reflexivas y de alerta, lo que podría explicar la tendencia a actuar de forma impulsiva cuando se sienten emocionales.26

Estos hallazgos podrían informar esfuerzos para desarrollar exámenes específicos para diagnosticar el trastorno límite de la personalidad.6

¿Cómo se trata el trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad puede tratarse con psicoterapia o terapia de diálogo. En algunos casos, un profesional de la salud mental podría también recomendar medicamentos para tratar síntomas específicos. Cuando una persona recibe cuidados de más de un profesional, es fundamental que los profesionales coordinen entre sí el plan de tratamiento.

Los tratamientos descritos a continuación son solo algunas de las opciones que pueden estar disponibles para una persona con el trastorno límite de la personalidad. Sin embargo, la investigación sobre los tratamientos todavía se encuentra en una etapa temprana. Se necesitan más estudios para determinar la efectividad de estos tratamientos, a quién beneficiarían más y cuál es la mejor forma de administrarlos.

Psicoterapia

La psicoterapia es, en general, el primer tratamiento para personas con el trastorno límite de la personalidad. Investigaciones recientes sugieren que la psicoterapia puede aliviar algunos síntomas, pero se requieren otros estudios para entender mejor cuán bien funciona la psicoterapia.27

Es importante que las personas en terapia se lleven bien y confíen en su terapeuta. La naturaleza misma del trastorno límite de la personalidad puede dificultar que las personas con este trastorno mantengan este tipo de vínculo con su terapeuta.

Los tipos de psicoterapia que se utilizan para tratar el trastorno límite de la personalidad incluyen los siguientes:28

Terapia cognitiva-conductual (TCC).

La TCC puede ayudar a las personas con el trastorno límite de la personalidad a identificar y cambiar creencias fundamentales y/o los comportamientos subyacentes a la percepción poco precisa de sí mismos y de otros, así como los problemas de la interacción con los demás. La TCC puede ayudar a reducir los síntomas de cambios de estado de ánimo y de ansiedad, así como reducir el numero de comportamientos suicidas o de conductas autodestructivas.29

Terapia de dialéctico-conductual (TDC).

Este tipo de terapia se enfoca en el concepto de conciencia plena o de reconocer y estar atento a la situación actual.1 La TDC enseña habilidades para controlar las emociones intensas, reduce los comportamientos autodestructivos y mejora las relaciones. La diferencia de esta terapia en comparación con la TCC es que busca un equilibrio entre el cambio y la aceptación de las creencias y comportamientos.30

Terapia centrada en esquemas

Este tipo de terapia combina los elementos de la TCC con otras formas de psicoterapia que se enfocan en reformular los esquemas o la forma en que las personas se ven a sí mismas. Este enfoque se basa en la idea de que el trastorno límite de la personalidad se deriva de una imagen propia disfuncional, posiblemente causada por experiencias negativas durante la niñez, que afecta la forma en que las personas reaccionan a su entorno, interactúan con otros y se sobrellevan a los problemas o lidian con el estrés.31

La terapia puede ser personal, entre el paciente y el terapeuta, o en grupo. Las sesiones en grupo lideradas por un terapeuta pueden enseñar a las personas con el trastorno límite de la personalidad a interactuar con otros y a expresarse de forma eficaz.

Un tipo de terapia de grupo, Systems Training for Emotional Predictability and Problem Solving (STEPPS), está diseñada como un tratamiento relativamente breve, que consiste en 20 sesiones de dos horas lideradas por un trabajador social con experiencia. Científicos que están financiados por el NIMH informaron que STEPPS, cuando se utiliza junto con otro tipo de tratamiento (medicamentos o psicoterapia individual), puede ayudar a reducir los síntomas y conductas problemáticas del trastorno límite de la personalidad, aliviar los síntomas de la depresión y mejorar la calidad de vida.32 La efectividad de este tipo de terapia no se ha estudiado exhaustivamente.

Las familias de las personas con el trastorno límite de la personalidad también pueden beneficiarse de la terapia. Los desafíos de tratar con un familiar enfermo a diario pueden ser muy estresantes y es posible que los miembros de la familia estén actuando, sin saberlo, de formas que empeoran los síntomas del familiar.

Algunas terapias, como la capacitación de habilidades para los familiares, incluyen a los familiares en las sesiones del tratamiento. Estos tipos de programas ayudan a la familia a desarrollar habilidades para comprender y respaldar mejor al familiar con el trastorno límite de la personalidad. Otras terapias, como Conexiones familiares, se enfocan en las necesidades de los miembros de la familia. Se necesitan más investigaciones para determinar la eficacia de la terapia familiar en el trastorno límite de la personalidad. Estudios de otras enfermedades mentales sugieren que incluir a los familiares puede ayudar en el tratamiento de la persona.33

Otros tipos de terapia que no están enumerados en este folleto pueden ser útiles para algunas personas con el trastorno límite de la personalidad. Los terapeutas adaptan con frecuencia la psicoterapia a las necesidades de la persona. Los terapeutas pueden cambiar entre un tipo de terapia y otro, mezclar técnicas de diferentes terapias o utilizar una terapia combinada. Para más información, consulte la sección de psicoterapia del sitio web del NIMH (solo en inglés).

Algunos síntomas del trastorno límite de la personalidad pueden aparecer y desaparecer, pero los síntomas principales del estado de ánimo muy cambiantes, la ira intensa y la impulsividad suelen ser más persistentes.34 Las personas cuyos síntomas mejoran pueden continuar enfrentándose a trastornos concurrentes, como la depresión o el trastorno de estrés postraumático.4 Sin embargo, investigaciones prometedoras sugieren que la recaída o recurrencia de los síntomas completamente desarrollados después de la remisión es poco frecuente. En un estudio, el 6 por ciento de las personas con el trastorno límite de la personalidad sufrieron una recaída después de la remisión.4

Medicamentos

La Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE. UU. no ha aprobado ningún medicamento para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad. Solo algunos estudios demuestran que medicamentos son necesarios o eficaces para personas con esta enfermedad.35 Sin embargo, muchas personas con el trastorno límite de la personalidad son tratadas con medicamentos en conjunto con la psicoterapia.

Aunque los medicamentos no curan el trastorno límite de la personalidad, algunos pueden ser útiles para tratar síntomas específicos. Para algunas personas, los medicamentos los ayudan a reducir los síntomas como la ansiedad, la depresión o la agresión. Con frecuencia, las personas reciben diversos medicamentos al mismo tiempo,12 pero existe poca evidencia de que esta práctica sea necesaria o efectiva.

Los medicamentos pueden causar diversos efectos secundarios en diferentes personas. Las personas que padecen del trastorno límite de la personalidad deberían conversar con el médico que les receta los medicamentos para saber qué esperar de ese medicamento en particular.

Otros tratamientos

Ácidos grasos Omega-3. Un estudio realizado en 30 mujeres que padecen del trastorno límite de la personalidad demostró que los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a reducir los síntomas de agresión y depresión.36 El tratamiento pareció ser tan bien tolerado como los estabilizadores de estado de ánimo recetados comúnmente y con pocos efectos secundarios. Menos mujeres que tomaron ácidos grasos omega-3 dejaron el estudio en comparación con aquellas que tomaron un placebo (píldora de azúcar).

Con el tratamiento adecuado, muchas personas padecen menos síntomas, o menos severos. Sin embargo, muchos factores afectan el tiempo que toma que los síntomas mejoren, por lo que es importante que las personas con el trastorno límite de la personalidad sean pacientes y recibir el respaldo adecuado durante el tratamiento.

¿Cómo puedo ayudar a un amigo o familiar que sufre del trastorno límite de la personalidad?

Si conoce a alguien que sufre del trastorno límite de la personalidad, esto le afecta también a usted. Lo primero y más importante que puede hacer es ayudar a que su amigo o familiar reciba el diagnóstico y tratamiento correctos. Puede que necesite hacer una cita y acompañar a su amigo o familiar a ver al médico. Aliéntelo a permanecer en tratamiento o a buscar otro tratamiento si los síntomas parecen no mejorar con el tratamiento actual.

Para ayudar a un amigo o pariente usted puede:

  • Ofrecer apoyo emocional, ser paciente, comprensivo y animarlo; el cambio puede ser difícil y aterrador para personas con el trastorno límite de la personalidad, pero es posible para ellos mejorar con el tiempo.
     
  • Aprender sobre los trastornos mentales, incluyendo el trastorno límite de la personalidad, para poder entender lo que está viviendo su amigo o familiar.
     
  • Con permiso de su amigo o familiar, converse con el terapeuta de él o ella para aprender sobre las terapias que incluyen a los familiares, como la capacitación de habilidades para los familiares.
     
  • Nunca ignore los comentarios sobre la intención o el plan de una persona de lastimarse a sí mismo o a otro. Informe dichos comentarios al terapeuta o médico de esa persona.
     
  • En situaciones de emergencia o que pueden poner en riesgo la vida, puede que necesite llamar a la policía.
  •  

¿Cómo puedo ayudarme si padezco del trastorno límite de la personalidad?

Dar el primer paso para ayudarse a sí mismo puede ser difícil. Es importante entender que, a pesar de que puede tardar un tiempo, usted puede mejorar con el tratamiento.

Para ayudarse:
 

  • Converse con su médico sobre las opciones de tratamiento y siga con el tratamiento
  • Intente mantener un horario estable de comidas y de sueño
  • Comience a hacer actividades o ejercicios físicos moderados.
  • Póngase metas realistas
  • Divida las tareas grandes en tareas pequeñas, establezca prioridades y haga lo que pueda a medida que pueda
  • Intente pasar tiempo con otras personas y confíe su problema a un amigo o familiar
  • Informe a otros los eventos o situaciones que pueden activar los síntomas
  • Espere que sus síntomas mejorne gradualmente, no de inmediato
  • Identifique y busque situaciones, lugares y personas que lo reconforten
  • Continúe educándose sobre este trastorno


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