Podrían triplicar el riesgo de ACV en jóvenes

Las lesiones en la cabeza y en el cuello

Los desgarros en los vasos sanguíneos podrían tener la culpa en parte, pero no está claro cuál es el vínculo exacto, según los investigadores.

Fuente: Medlineplus

Robert Preidt

Las lesiones en la cabeza y en el cuello podrían triplicar las probabilidades de que un joven adulto o un niño sufra la forma principal de accidente cerebrovascular (ACV), según sugiere una nueva investigación.

Aunque los ACV siguen siendo relativamente raros en las personas jóvenes, sí se producen, afirma un experto.

"Dos tercios de los ACV los sufren personas mayores de 65 años, pero un tercio de los ACV los padecen los menores de 65", señaló el Dr. Richard Libman, jefe de la división de neurología vascular del Sistema de Salud North Shore-LIJ, en Manhasset, Nueva York.

"Muchas personas sufren ACV en el mejor momento de sus vidas, lo que les deja sin calidad de vida y deja a la sociedad sin sus contribuciones", añadió Libman, que no participó en el nuevo estudio. "Se necesitan más investigaciones sobre las causas y los tratamientos apropiados para las personas jóvenes con ACV".

En el estudio, los investigadores de la Universidad de California, en San Francisco (UCSF), analizaron los expedientes médicos de 1.3 millones de personas menores de 50 años que recibieron tratamiento por lesiones en la cabeza y en el cuello en los departamentos de traumatología de emergencias.

Descubrieron que 145 (u 11 de cada 100,000) pacientes sufren un ACV isquémico en el plazo de 4 semanas tras la lesión. Según la Asociación Estadounidense de Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association, ASA), el 87 por ciento de los ACV son isquémicos, que son provocados por la obstrucción del flujo sanguíneo al cerebro.

El promedio de edad de los pacientes con lesiones en la cabeza y en el cuello que sufrieron un ACV fue de 37 años, en comparación con la edad de 24 años de los que no sufrieron un ACV. Aproximadamente 48 de cada 100,000 adultos jóvenes y 11 de cada 100,000 niños con lesiones en la cabeza y el cuello sufrieron más tarde un ACV, indicó el equipo.

Según los autores del estudio, aproximadamente dos millones de personas reciben tratamiento cada mes para las lesiones en la cabeza y el cuello en los departamentos de traumatología de EE. UU., lo que sugiere una tasa mensual de 214 adultos jóvenes y niños que sufren un ACV isquémico después de esas lesiones.

Los hallazgos serán presentados el jueves en la Conferencia internacional sobre el accidente cerebrovascular de la Asociación Estadounidense de Accidente Cerebrovascular, en San Diego.

"Estos hallazgos son importantes porque los ACV sufridos después de un traumatismo se podrían prevenir", comentó en un comunicado de prensa de la ASA la autora principal, la Dra. Christine Fox, profesora asistente de neurología en la UCSF.

Los vínculos entre las lesiones en la cabeza y en el cuello y el ACV no están claros. Los autores indican que tales lesiones pueden causar desgarros en los vasos sanguíneos que van al cerebro. Estos desgarros pueden llevar a coágulos sanguíneos que pueden desencadenar un ACV. Si los desgarros de los vasos sanguíneos pueden diagnosticarse en el momento de la lesión, se podría dar a los pacientes medicamentos anticoagulantes para prevenir el ACV, comentaron.

No obstante, aunque el 10 por ciento de los pacientes de este estudio tenían este tipo de desgarro, no se le diagnosticó a todos ellos antes de sufrir un ACV, señalaron los investigadores.

Libman se mostró de acuerdo en que el "mecanismo" que vincula la lesión con un ACV posterior "sigue siendo ahora mismo un misterio".

El Dr. Robert Glatter es director de medicina deportiva y lesiones cerebrales traumáticas en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. Glatter cree que "la cuestión clave de este estudio es que los ACV que se producen después de traumatismos en la cabeza y el cuello podrían prevenirse, esencialmente al tener una mayor concienciación de esta lesión, junto con una atención rápida del diagnóstico y el tratamiento".

"Aunque la cifra absoluta de pacientes afectados por un posible ACV parece pequeña a nivel nacional, los costos emocionales, físicos y económicos son devastadores, en la medida en que la edad promedio de los pacientes que sufren un ACV en este estudio era de 37 años", indicó Glatter. "Empezar el tratamiento cuanto antes... podría salvar la vida y reducir la discapacidad a largo plazo".

Los hallazgos presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.

FUENTES: Richard Libman, M.D., chief, division of vascular neurology, North Shore-LIJ Health System, Manhasset, NY; Robert Glatter, M.D., director, sports medicine and traumatic brain injury, department of emergency medicine, Lenox Hill Hospital, New York City; American Stroke Association.