Según el estudio, el cerebro juega un papel importante en la obesidad y en la diabetes, ya que la es la que está asociada a dichas patologías.
Investigaciones con ratones han demostrado que las mutaciones en IRX3 generan animales un 30 % más delgados y resistentes a dietas altas en grasa. El trabajo aparece publicado en la revista Nature.
En el trabajo, los investigadores desarrollan la idea de que la obesidad es hoy en día uno de los problemas de salud más importantes de las sociedades avanzadas por su gran impacto en el desarrollo de otras complicaciones metabólicas como la diabetes, los problemas cardiacos y algunos tipos de cáncer, etc. Por este motivo, en los últimos años se han hecho multitud de estudios para identificar mutaciones en el genoma asociadas al riesgo de desarrollar obesidad.
En estos estudios, las mutaciones que se han encontrado con mayor grado de asociación a la obesidad se localizan dentro del gen FTO, acrónimo de Fat mass and obesity-associated protein (proteína asociada con obesidad y masa grasa). Estas mutaciones no afectan a la proteína en sí, pero afectan a elementos reguladores localizados dentro del gen, es decir, a interruptores que activan o desactivan la expresión de los genes.
“Esta circunstancia ha hecho postular que dichas mutaciones afectaban interruptores que controlaban la expresión de FTO.
Esta hipótesis ha sido reforzada con estudios que demuestran que la falta de función de FTO causa ratones delgados y la ganancia de función del gen genera ratones obesos, señala uno de los codirectores del trabajo”, José Luis Gómez-Skarmeta, investigador del CSIC en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (mixto del CSIC y la Universidad Pablo de Olavide).
El investigador del CSIC señala también: “En nuestros estudios, utilizando múltiples técnicas genómicas, demostramos que realmente las mutaciones ligadas a la obesidad localizadas en FTO afectan a interruptores que controlan la expresión del gen vecino IRX3 en el cerebro, un vecino que además se encuentra a bastante distancia en el cromosoma.
Además, ratones mutantes para IRX3 en el hipotálamo, son un 30 % más delgados debido a la pérdida de tejido adiposo blanco, al aumento del tejido adiposo marrón y por la actividad metabólica, y son resistentes a la dieta rica en grasa, indica el investigador Marcelo Nobrega, codirector del trabajo de la Universidad de Chicago.
“Este trabajo demuestra cómo el cerebro juega una función muy importante en la obesidad y abre la puerta a comprender las causas fisiológicas por las que las mutaciones localizadas en FTO causan un incremento en el desarrollo de la obesidad y la diabetes a través del gen IRX3”, concluye Chi-Chung Hui, co-director del trabajo en la Universidad de Toronto.
S. Smemo, J. J. Tena, K-H. Kim, E. R. Gamazon, N. J. Sakabe, C. Gómez-Marín, I. Aneas, F. L. Credidio, D. R. Sobreira, N. F. Wasserman, J. H. Lee, V. Puviindran, D. Tam, M. Shen, J. E. Son, N. A. Vakili, H-K. Sung, S. Naranjo, R.D. Acemel, M. Manzanares, A. Nagy, N. J. Cox, C-C. Hui J. L. Gomez-Skarmeta and M. A. Nóbrega. Obesity-associated variants within FTO form long-range functional connections with IRX3. Nature. DOI: 10.1038/nature13138.