NUEVA YORK (Reuters Health) - En un estudio de Australia sobre una "bacteria amigable" de uso popular, los bebés con cólicos que consumieron el probiótico lloraron más que los que recibieron gotas placebo.
A pesar de estudios previos que habían sugerido que el Lactobacillus reuteri aliviaría los cólicos infantiles, los autores del nuevo ensayo clínicos aseguran que los resultados no respaldan esa aplicación del probiótico.
"No debería recomendarse el uso de probióticos rutinario a todos los bebés con cólicos porque no son efectivos en los niños alimentados con fórmula y se desconoce si ayudan a los que reciben leche materna", dijo por correo electrónico la doctora Valerie Sung, pediatra e investigadora del Instituto de Investigación Infantil Murdoch y del Hospital Real de Niños de Melbourne.
Actualmente, no existen terapias efectivas para aliviar los cólicos de los bebés, cuya causa real sigue siendo incierta. Normalmente, desaparecen a los tres o cuatro meses de vida y afectan a uno de cada cinco menores de tres meses.
Esos bebés quedan expuestos a un mayor riesgo de ser víctimas del síndrome del niño sacudido y sus madres son más propensas a la depresión y a suspender la lactancia tempranamente.
"Decidimos hacer este estudio después de dos investigaciones italianas publicadas que habían demostrado que el probiótico L. reuteri es efectivo en los lactantes con cólicos cuyas madres no consumían lácteos", resumió Sung.
En British Medical Journal, el equipo de Sung publica los resultados obtenidos en 167 bebés saludables, pero con cólicos, que tenían menos de 13 semanas de vida. A la mayoría la habían atendido en el departamento de ER del Hospital Real de Niños de Melbourne.
Los padres les administraron una dosis diaria (seis gotas) de L. reuteri o placebo durante un mes y los controlaron durante seis meses: debían registrar el tiempo que los niños lloraban o estaban muy molestos y que dormían.
Los resultados fueron similares en ambos grupos, aunque los síntomas disminuyeron aún más con el placebo que con el probiótico durante el primer mes.
Luego, los bebés tratados con el probiótico lloraron o estuvieron molestos unos 49 minutos más y durmieron unos 47 minutos menos por día que el grupo tratado con placebo. Pero esta diferencia sólo se observó en los bebés alimentados con fórmula, no en el resto.
Los autores también analizaron muestras de materia fecal después del primer mes y detectaron que la cantidad y el tipo de bacterias en el tracto digestivo de los bebés eran similares en ambos grupos.
Además, los dos grupos tenían niveles similares de calprotectina, un signo de inflamación. Las excepciones fueron los bebés en los que el malestar o el llanto disminuyeron un 50 por ciento o más. Ellos también tenían niveles más bajos de calprotectina.
Sung comentó que los resultados sorprendieron al equipo porque tres estudios pequeños previos con el mismo probiótico y la misma dosis habían detectado un efecto beneficioso.
FUENTE: British Medical Journal