Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Las personas que toman medicamentos para bajar el colesterol, conocidos como estatinas, podrían desarrollan un falso sentido de seguridad y comer mucho más, según indica un nuevo estudio.
Los autores del estudio observaron que adultos estadounidenses que tomaban estatinas en 1999-2000 consumían menos calorías que aquellos que no lo hacían, mientras que los usuarios de esos fármacos en el 2009-2010 comían tanto como los que no tomaban esos productos.
"Los médicos deberían insistir en la importancia del estilo de vida saludable para los pacientes que utilizan estatinas", dijo el autor principal, doctor Takehiro Sugiyama, de la Universidad de Tokio, Japón.
Ingerir en exceso calorías o grasas no sólo comprometería el efecto de reducción del colesterol de las estatinas, explicó el médico. También incrementaría el riesgo de que una persona se vuelva obesa y desarrolle diabetes.
Estatinas como Lipitor, Zocor y Crestor inhiben la producción de colesterol, que sirve para la formación de nuevas células y mantener el cuerpo en funcionamiento. Demasiado colesterol aumenta las posibilidades que tiene una persona de desarrollar enfermedad cardíaca y depósitos de grasa en los vasos sanguíneos.
Las nuevas guías del Colegio Estadounidense de Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón estiman que hay 56 millones de adultos en Estados Unidos que reúnen los requisitos para utilizar estatinas.
Las guías también les restan importancia al uso de los valores de colesterol LDL o "malo" para decidir cuándo los pacientes deben comenzar a utilizar esos fármacos, y promueven tener en cuenta varios factores de riesgo para identificar a la población con alto riesgo de padecer un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV).
Estudios previos no habían encontrado pruebas de que los usuarios de estatina comieran más luego de que se les prescribiera el fármaco, escribieron los autores. El uso del fármaco se ha incrementado sustancialmente desde que se realizaron esos estudios.
En JAMA Internal Medicine, el equipo publica los resultados obtenidos del análisis de los resultados de una encuesta nacional a una muestra de adultos que se realiza cada dos años en Estados Unidos.
En 1999-2000, los usuarios de estatinas consumían unas 2.000 calorías diarias y los no usuarios unas 2.179 calorías por día.
Pero el consumo de calorías entre los usuarios de estatinas creció con el tiempo: en el 2005-2006 no había diferencia entre los grupos. Sugiyama explicó que esos pacientes deberían comer menos para controlar el colesterol y el peso.
El consumo calórico en los usuarios de estatinas aumentó un 10 por ciento en esa década. También lo hizo el consumo de calorías derivadas de las grasas. En cambio, el consumo de calorías y grasas de los que no utilizaban estatinas se mantuvo estable.
Para Sugiyama eso podría tener dos explicaciones. "Suponemos que (los pacientes) se dieron cuenta de la potencia del tratamiento porque sus niveles de colesterol LDL caerían significativamente sin importar si no modificaban la alimentación -dijo- En ese proceso, los pacientes podrían aprender que no necesitan limitar lo que comen para alcanzar el valor meta de LDL".
Además, los médicos habrían comenzado a recetarles estatinas a pacientes que tienden a comer más, y no serían tan reacios a recetarles el fármaco a personas que no controlan su dieta.
"El diseño del estudio no nos permitió explicar el mecanismo", señaló Sugiyama, que tampoco pudo responder si las estatinas hicieron que los pacientes comieran cada vez más con el paso del tiempo.
Podrían existir otro factor que hubiera influido en los resultados, según comentó.
FUENTE: JAMA Internal Medicine
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Podrían desarrollan un falso sentido de seguridad y comer mucho más.