Aunque el distrés de la diabetes con frecuencia se confunde con la depresión, la buena noticia es que unas intervenciones sencillas parecen ayudar a reducir este distrés de forma significativa, según una investigación reciente.
Un segundo estudio reciente también enfatiza la necesidad de identificar la depresión correctamente. Éste concluyó que las personas con diabetes tipo 1 que también están deprimidas tienen un riesgo más elevado de morir de forma precoz que las personas que no están deprimidas.
Ambos estudios serán presentados esta semana en la reunión anual de la Sociedad Americana de la Diabetes (American Diabetes Association), en San Francisco. Dado que las investigaciones no se han publicado en una revista médica revisada por profesionales, deben considerarse como preliminares.
"Intentamos hacer una distinción entre el distrés por la diabetes y la depresión. Tener cierto nivel de distrés es parte del espectro de la diabetes", aseguró el autor del primer estudio, Lawrence Fisher, profesor de medicina familiar y comunitaria de la Universidad de California, en San Francisco.
El distrés de la diabetes es el dolor emocional que se anticiparía de alguien que tiene que gestionar una enfermedad crónica y exigente como la diabetes, planteó Fisher.
Sentirse culpable porque el azúcar en sangre no está controlada, y sentirse abrumado o avergonzado por la enfermedad es bastante típico, aseguró Fisher.
Por otro lado, la depresión puede ser diagnosticada sin ninguna indicación de la fuente de los sentimientos deprimidos o qué podría haberlos causado.
El estudio actual observó a 392 personas con diabetes tipo 2. La edad promedio fue de 56 años, y poco más de la mitad eran mujeres. El tiempo promedio desde el periodo del diagnóstico de la diabetes era de aproximadamente siete años.
Las personas con diabetes tipo 2 no producen suficiente insulina, una hormona necesaria para transformar la comida en energía. El tipo 2 se vincula firmemente con una mala dieta y un estilo de vida sedentario.
Se asignó a los participantes a una de tres intervenciones: una evaluación general, educación y respaldo; un programa de autogestión de la diabetes asistido por computadora y respaldo; o el programa de computadora más una terapia para la resolución de problemas que abordaba el distrés de la diabetes de forma directa, comentó Fisher.
Tras 4 y 12 meses, las personas de todos los grupos "mostraban reducciones significativas en el distrés de la diabetes", dijo Fisher. "Pero las que tenían el nivel más alto de distrés en realidad necesitaban la tercera intervención... alguien que se sentara a conversar con ellos".
Llevar el lado emocional de la diabetes a la atención clínica de forma regular, preguntar a las personas sobre su cifras de azúcar en sangre y cómo se están sintiendo, les ayuda a identificar y normalizar sus sentimientos, señaló.
Y "abordar el distrés de la diabetes lleva a mejores resultados en la enfermedad", añadió Fisher.
Según una medida del distrés de la diabetes que su equipo desarrolló, Fisher dijo que las personas con diabetes tipo 1 (las que no producen insulina) tienden a presentar miedos más específicos que las que tienen diabetes tipo 2, por ejemplo un temor a unos niveles bajos de azúcar en sangre. Esto tiene sentido porque esa afección peligrosa ocurre con más frecuencia en la diabetes tipo 1.
El otro estudio, que no estaba relacionado con el anterior, resalta la importancia de diferenciar la depresión del distrés de la diabetes, sobre todo en la diabetes tipo 1. El estudio halló que durante dos décadas, las personas con diabetes tipo 1 y depresión tenían muchas más probabilidades de morir. Y mientras más deprimido estaba alguien, más probable era que muriera, según el estudio.
"Los que presentaban síntomas más graves [de depresión] tenían de dos a tres veces más probabilidades de morir en los próximos 22 años", apuntó el autor principal del estudio, el Dr. Trevor Orchard, profesor de epidemiología, medicina y pediatría de la Universidad de Pittsburgh.
El estudio incluyó a 658 personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 entre 1950 y 1980 antes de los 17 años. La información, incluso una evaluación sobre la depresión, se recogió por primera vez en 1986.
Orchard comentó que no está claro por qué tener diabetes tipo 1 y depresión condujo a un mayor riesgo de muerte.
"Un peor cumplimiento con los regímenes de tratamiento es parte de la respuesta, pero solo explica una parte", comentó Orchard. "La depresión también se asocia con unos peores hábitos de alimentación, menos ejercicio, un estatus socioeconómico más bajo y varios estados fisiológicos, como la inflamación y la inmunodepresión".
Incluso después de que los investigadores controlaran dichos factores, siguió habiendo un vínculo entre la depresión y un mayor riesgo de muerte.
La depresión y la enfermedad crónica son una mala combinación, aseguró el Dr. Joel Zonszein, director del Centro Clínico de Diabetes del Centro Médico Montefiore de la ciudad de Nueva York. "Aquí no está claro si la enfermedad causa depresión o si la depresión puede empeorar la enfermedad".
Orchard afirmó que su investigación deja clara una cosa. "La diabetes tipo 1 conlleva mucho más que el azúcar en la sangre, y debemos abordar todos los aspectos de la salud de un individuo. Quizá con estudios posteriores podamos añadir la depresión a la lista de factores a controlar", planteó Orchard.
FUENTES: Trevor Orchard, M.D., professor, epidemiology, medicine and pediatrics, University of Pittsburgh, Penn.; Lawrence Fisher, Ph.D., professor, department of family and community medicine, University of California, San Francisco; Joel Zonszein, M.D., director, clinical diabetes center, Montefiore Medical Center, New York City; June 15 & 17, 2014 presentations, American Diabetes Association meeting, San Francisco.
Distrés y depresión
El impacto emocional de la diabetes
El distrés de la diabetes es distinto de la depresión, afirman unos investigadores.
Fuente: Medlineplus