¿Quién organiza el Día Mundial de la Hepatitis?
El Día Mundial de la Hepatitis fue una iniciativa puesta en marcha por la Alianza Mundial contra la Hepatitis en 2008 como respuesta al hecho de que la hepatitis viral crónica no tuviese el nivel de sensibilización ni la atención a nivel político con el que cuentan otras enfermedades transmisibles como el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria. En mayo de 2010, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la resolución WHA63.18 sobre la hepatitis viral, que proporciona el respaldo oficial al Día Mundial de la Hepatitis. Desde el año 2010, la Alianza Mundial contra la Hepatitis coordina el Día Mundial de la Hepatitis en colaboración con la OMS.
¿En qué consiste?
El Día Mundial de la Hepatitis es un evento que crece cada año y en el que participan cada vez más países y organizaciones. Desde sus comienzos en 2008, se han celebrado miles de eventos, desde conciertos de rock y ruedas de prensa hasta reuniones ministeriales y eventos para recaudar fondos. En 2012, la Alianza Mundial contra la Hepatitis organizó un intento de récord mundial Guinness para el mayor número de personas que realizan las acciones “Nada oigo, nada veo, nada digo” durante 24 horas.
¿Cuándo es el Día Mundial de la Hepatitis?
El Día Mundial de la Hepatitis se celebra todos los años el 28 de julio. Esta fecha fue elegida por ser la del nacimiento del profesor Baruch Blumberg, galardonado con el Premio Nobel por su trabajo en el descubrimiento del virus de la hepatitis B. El Profesor Blumberg afirmó lo siguiente: “Es bueno saber que mi cumpleaños será recordado de esta manera inusual e inesperada. Nunca pensamos que iba a ocurrir esto cuando estábamos estudiando una proteína extraña de Australia”.
La hepatitis viral es una inflamación del hígado causada por un virus. Hay cinco virus de la hepatitis diferentes, la hepatitis A, B, C, D y E. Todos estos virus causan infección a corto plazo, o infección aguda. Sin embargo, los virus de la hepatitis B, C y D también pueden causar infección a largo plazo, denominada hepatitis crónica, que puede causar complicaciones potencialmente mortales como cirrosis (cicatrización del hígado), insuficiencia hepática y cáncer de hígado.
Hepatitis A
Transmisión: La hepatitis A se transmite principalmente a través de beber agua o comer alimentos que han sido contaminados por las heces de una persona infectada. También se puede contagiar por comer marisco crudo procedente de agua contaminada por aguas residuales.
Prevención: Existe una vacuna para la hepatitis A. El tratamiento a las pocas semanas de la exposición al virus también puede provocar inmunidad a corto plazo. Puede reducir el riesgo de exposición practicando una buena higiene y saneamiento, y evitando beber agua que proceda de una fuente potencialmente insegura.
Tratamiento: Como la hepatitis A solo causa una hepatitis aguda, el cuerpo a menudo es capaz de eliminar la propia infección en unas cuantas semanas. Sin embargo, las infecciones por hepatitis A pueden a veces causar otras complicaciones.
Hepatitis B
La hepatitis B es una de las infecciones virales más comunes en el mundo. La OMS calcula que dos mil millones de personas han sido infectadas con el virus de la hepatitis B y aproximadamente 350 millones de personas están viviendo con infecciones crónicas. El virus es altamente infeccioso, entre 50 y 100 veces más infeccioso que el VIH en casos de lesiones por pinchazo de aguja. Las infecciones por hepatitis B aguda a menudo desaparecen al cabo de seis meses. Sin embargo, si la infección se convierte en crónica, puede causar complicaciones mucho más graves. Cuanto más joven se infecte la persona, más probabilidades tendrá de desarrollar una infección crónica.
Transmisión: la hepatitis B se transmite a través del contacto con la sangre u otros fluidos corporales (por ejemplo, la saliva, el semen y las secreciones vaginales) de una persona infectada. Puede transmitirse de madre a hijo durante la gestación.
Prevención: existe una vacuna que puede prevenir la infección. Si no ha sido vacunado, para reducir las posibilidades de exposición la mejor precaución es utilizar preservativos y evitar compartir agujas u objetos como cepillos de dientes, cuchillas de afeitar o tijeras de uñas con una persona infectada. También es aconsejable evitar hacerse tatuajes o piercings en el cuerpo en instalaciones sin licencia.
Tratamiento: existen fármacos como el interferón alfa e interferón pegilado y una serie de medicamentos antivirales que frenan la propagación del virus y en ocasiones logran combatirlo. Los niños nacidos de madres infectadas con hepatitis B también deben ser vacunados en las 12 horas siguientes al nacimiento, ya que esto puede prevenir una infección que seguramente avanzará a hepatitis B crónica.
Hepatitis C
La hepatitis C es diferente de la hepatitis B en el sentido de que el cuerpo es generalmente incapaz de eliminar el virus por sí mismo, lo que se conoce como “aclaramiento espontáneo”, y, por lo tanto, la infección se vuelve crónica. Cuatro de cada cinco personas desarrollan una infección crónica, que puede causar cirrosis y cáncer de hígado después de 15-30 años. Hay aproximadamente 170 millones de personas con infección crónica por hepatitis C en todo el mundo. En 2000, la OMS calculó que entre tres y cuatro millones de personas se infectan cada año.
Transmisión: la hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con la sangre. En casos aislados puede ser transmitida también a través de algunas prácticas sexuales y durante la gestación.
Prevención: no existe vacuna para la hepatitis C. Por lo tanto, es necesario reducir el riesgo de exposición, evitando el uso compartido de agujas y otros objetos como cepillos de dientes, cuchillas de afeitar o tijeras de uñas con una persona infectada. También es aconsejable evitar hacerse tatuajes o piercings en el cuerpo en instalaciones sin licencia.
Tratamiento: el tratamiento para la hepatitis C crónica tiene como objetivo erradicar el virus. A menudo, consiste en una combinación de interferón pegilado y ribavirina, y cada vez es más frecuente el uso de medicamentos antivirales de acción directa potentes, con y sin interferón. Las personas con diferentes genotipos responden de manera diferente al tratamiento, algunos con más éxito que otros.
Hepatitis D
La hepatitis D solo se encuentra en personas que ya están infectadas con el virus de la hepatitis B.
Transmisión: la hepatitis D se transmite por contacto con sangre infectada.
Prevención: las personas que no estén infectadas con la hepatitis B deben vacunarse contra la hepatitis B. Para reducir la exposición, es necesario evitar compartir agujas u otros objetos como cepillos de dientes, cuchillas de afeitar o tijeras de uñas con una persona infectada. También es aconsejable evitar hacerse tatuajes o piercings en el cuerpo en instalaciones sin licencia.
Tratamiento: las condiciones pueden mejorar con la administración de interferón alfa; sin embargo, actualmente existe una terapia antiviral efectiva para la hepatitis D.
Hepatitis E
Transmisión: la hepatitis E se transmite principalmente a través de beber agua o comer alimentos que han sido contaminados por las heces de una persona infectada. También se puede contagiar por comer marisco crudo procedente de agua contaminada por aguas residuales.
Prevención: en la actualidad existe una vacuna para prevenir la hepatitis E, pero no está ampliamente disponible. Puede reducir el riesgo de exposición practicando una buena higiene y saneamiento, y evitando beber agua que proceda de una fuente potencialmente insegura.
Tratamiento: no existe un tratamiento para la hepatitis E. Sin embargo, se trata de una infección autolimitada.
Los medicamentos para el VIH también podrían ayudar a controlar la hepatitis C
El tratamiento es crítico para las personas infectadas con ambos virus, informan unos investigadores.
MedlinePlus Mary Elizabeth Dallas
Para los pacientes infectados tanto con el VIH como con la hepatitis C, la terapia antirretroviral para el VIH podría ayudar a controlar ambos virus, sugiere un nuevo estudio de tamaño reducido.
Los investigadores dijeron que los médicos podrían usar sus hallazgos para mejorar las estrategias de tratamiento de las personas que padecen de ambas enfermedades.
"Los hallazgos sugieren que la supresión del VIH con antirretrovirales desempeña un rol importante en la gestión de los individuos con infección de [hepatitis C] y VIH", comentó el líder del estudio, el Dr. Kenneth Sherman, profesor de medicina del Colegio de Medicina de la Universidad de Cincinnati. "Respalda el concepto de que en los que tienen infección con VHC y VIH, una terapia temprana e ininterrumpida contra el VIH es una parte crítica de la prevención de la enfermedad del hígado".
Los investigadores llevaron a cabo el estudio para abordar las preocupaciones de que tratar a los pacientes que tienen el VIH, el virus que provoca el SIDA, y la hepatitis C con terapia antirretroviral para el VIH dañaría el hígado y haría más mal que bien.
Para evaluar la teoría, examinaron de cerca a 17 pacientes infectados con ambos virus durante dos años. Los pacientes recibieron antirretrovirales aprobados. También recibieron exámenes frecuentes y su sangre se analizó de forma rutinaria para controlar cualquier cambio en los virus y en la respuesta inmunitaria.
Los hallazgos aparecen en la edición del 23 de julio de la revista Science Translational Medicine.
Algunos pacientes experimentaron un aumento inicial en un análisis sanguíneo que muestra cambios en las lesiones del hígado, en la hepatitis C o en ambas cosas en las primeras 16 semanas del estudio.
Pero a los 18 meses, el estudio reveló que las "cargas virales" de la hepatitis C se habían reducido a los niveles esperados para un paciente infectado solo con la hepatitis C y no con el VIH.
"La reducción en los niveles virales [de hepatitis C] fue una gran sorpresa, y no lo que necesariamente esperábamos", comentó Sherman en un comunicado de prensa de la universidad. "Hay una interacción compleja de efectos biológicos cuando los pacientes están infectados tanto con el VIH como con el virus de la hepatitis C". Explicó que al principio el tratamiento para el VIH resulta en un aumento pasajero en la replicación viral de la hepatitis C y en evidencia de lesión hepática. Pero con el tiempo, la supresión del VIH conduce a una menor replicación viral de la hepatitis C.
En Estados Unidos, hasta 300,000 personas están infectadas con la hepatitis C y el VIH. Globalmente, esa cifra aumenta a entre 4 y 8 millones, dijeron los investigadores.
Las farmacéuticas Bristol-Myers Squibb y Gilead Sciences proveyeron los antirretrovirales usados en el estudio sin cobrar. Una de las científicas de la investigación, la Dra. Judith Feinberg, profesora de enfermedades infecciosas de la Universidad de Cincinnati, es investigadora y vocera de Bristol-Myers Squibb.
FUENTE: University of Cincinnati Academic Health Center