Mary Elizabeth Dallas
Algunas personas obesas tienen una mutación genética que parece aumentar la actividad de los centros de recompensa del cerebro cuando ven la comida, informan unos investigadores.
Obtener una mejor comprensión de cómo esta mutación desencadena los sentimientos de placer y gratificación al ver alimentos con un alto contenido calórico, como el chocolate, podría ayudar a mejorar las estrategias diseñadas para evitar que se coma en exceso, sugirieron los científicos.
Más de un tercio de los adultos estadounidenses son obesos. La obesidad viene provocada normalmente por una combinación de comer demasiado, la falta de actividad física y la genética. La causa genética más común de la obesidad es una mutación del gen del receptor de la melanocortina 4 (MC4R), explicaron los investigadores británicos.
Para realizar su estudio, publicado el 30 de julio en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, los científicos compararon a 8 personas obsesas que tenían la mutación del gen MC4R con 10 personas que tenían sobrepeso u obesidad que no tenían la mutación genética, y con 8 personas que tenían un peso normal.
Mediante el uso de IRM los autores del estudio observaron cómo las fotografías de alimentos tentadores, como el pastel de chocolate, activaban los centros de recompensa de los cerebros de los participantes. Su respuesta a las fotografías de alimentos apetitosos se comparó entonces con el efecto de las imágenes de alimentos insípidos, como el arroz o el brócoli, y de objetos, como grapadoras.
Sorprendentemente los participantes que tenían la misma edad y peso reaccionaron de manera distinta a las imágenes de alimentos apetitosos, descubrieron los investigadores. Los escáneres cerebrales revelaron que las personas obesas con la mutación genética y los participantes que tenían un peso normal presentaban un aumento de la actividad similar en los centros de recompensa cerebrales. Por otra parte, los centros de recompensa de las personas obesas y con sobrepeso que no tenían la mutación genética se mostraron poco activos.
"Los centros de recompensa del cerebro se activaron cuando las personas con la mutación y las personas con un peso normal vieron imágenes de alimentos apetitosos. Pero las personas con sobrepeso sin la mutación no presentaron el mismo nivel de respuesta", dijo la investigadora principal, la Dra. Agatha van der Klaauw, de Instituto Wellcome Trust-MRC de Ciencias Metabólicas del Hospital de Addenbrooke en Cambridge, Inglaterra, en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society).
"Por primera vez, vemos que la vía del MC4R participa en la respuesta el cerebro a la comida y que tiene una actividad baja en algunas personas con sobrepeso. La comprensión de esta vía podría ayudar al desarrollo de intervenciones que limiten el consumo excesivo de alimentos muy sabrosos que pueden llevar al aumento de peso", explicó.
FUENTE: The Endocrine Society
Centros de recompensa
Una mutación genética podría hacer que la comida sea más tentadora
Un estudio muestra que el vínculo genético más común con la obesidad desencadena la actividad de los centros de recompensa del cerebro.
Fuente: Medlineplus