Un nuevo análisis de sangre es la primera forma científica objetiva de diagnosticar la depresión mayor en los adultos, afirma un estudio reciente.
El análisis mide los niveles de nueve indicadores genéticos, conocidos como "marcadores del ARN", en la sangre. El análisis sanguíneo también podría determinar quién respondería a la terapia cognitivo conductual, uno de los tratamientos más comunes y efectivos para la depresión, y podría mostrar si la terapia funcionó, informan investigadores de la Universidad de Northwestern.
Cada año, la depresión afecta a casi el 7 por ciento de los adultos de EE. UU., pero el retraso entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico puede variar entre los 2 y los 40 meses, apuntaron los autores del estudio.
"Mientras más dura el retraso, más difícil resulta para el paciente, su familia y el ambiente", dijo la investigadora líder, Eve Redei, profesora de psiquiatría, ciencias conductuales y fisiología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago.
"Además, si un paciente no puede o no quiere comunicarse con el médico, es difícil realizar el diagnóstico", comentó. "Si el análisis sanguíneo resulta positivo, eso alertaría al médico".
El estudio, que aparece en la edición en línea del 16 de septiembre de la revista Translational Psychiatry, y que fue financiado por el Instituto Nacional de la Salud Mental de EE. UU. y la Davee Foundation, estableció la efectividad de la prueba con 32 adultos diagnosticados con depresión y 32 adultos no deprimidos. Todos los participantes del estudio tenían entre 21 y 79 años de edad.
El análisis funciona al medir la concentración en sangre de los marcadores de ARN. Las moléculas de ARN de una célula son lo que interpreta su código genético y luego lleva a cabo esas instrucciones del ADN. Tras extraer la sangre, el ARN se aísla, se mide y se compara con los niveles de ARN esperados en la sangre de una persona no deprimida.
El equipo de Redei administró el análisis de sangre a los 64 participantes del estudio. Entonces, tras 18 semanas de terapia en persona o por teléfono con los participantes deprimidos, se repitió el análisis en 22 de ellos.
Entre los participantes deprimidos que se recuperaron con la terapia, los investigadores identificaron diferencias en sus marcadores de ARN antes y después de la terapia. Mientras tanto, la concentración de marcadores de ARN de los pacientes que siguieron deprimidos seguía siendo distinta de los resultados originales de los pacientes no deprimidos.
Tres de esos marcadores de ARN en los adultos que se recuperaron seguían siendo un poco distintos de los de aquellos que nunca habían estado deprimidos, lo que indica la posibilidad de que esos marcadores podrían mostrar una susceptibilidad a la depresión, anotaron los autores.
Además, si los niveles de cinco marcadores de ARN específicos están alineados, eso sugiere que el paciente probablemente responda bien a la terapia cognitivo conductual, señaló Redei. "Esta es la primera vez que podemos predecir una respuesta a la psicoterapia", añadió.
La precisión del análisis de sangre en el diagnóstico de la depresión es similar a la de las entrevistas diagnósticas psiquiátricas estándar, que tienen una efectividad de entre un 72 y un 80 por ciento, aproximadamente, señaló.
Un experto en salud mental se alegró de los hallazgos.
"Durante décadas, la profesión de la salud mental ha buscado una medida objetiva para detectar los trastornos psiquiátricos importantes", comentó el Dr. Glen Elliot, jefe de psiquiatría y director médico del Consejo de Salud Pediátrica de Palo Alto, California. "Que los autores parezcan haber hallado una medida en una muestra tan pequeña que parece ser sensible a un tratamiento específico, y encima a una intervención psicológica, es sorprendente si se sostiene".
Pero anotó que el pequeño número de participantes del estudio significa que es demasiado pronto para saber el significado de los hallazgos o cuáles podrían ser las desventajas del análisis.
"Es demasiado pronto para saber la mejor forma de utilizar un análisis con estas características en el ámbito clínico, incluso si se comprueba que es fiable, sensible y específica", señaló Elliot. Pero dijo que los hallazgos encajan en el esfuerzo más general por personalizar los diagnósticos y los tratamientos según los datos biológicos de los pacientes.
"Es una posibilidad emocionante que podamos, en teoría, aumentar en gran medida la eficacia y la eficiencia del tratamiento", aseguró Elliot. "Pero, sobre todo en psiquiatría, todavía falta mucho para tener un producto fiable que logre esas metas".
El nuevo análisis de sangre aún no está disponible porque primero unos estudios adicionales con grupos grandes de personas deben confirmar la precisión y efectividad, antes de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. pueda considerar su aprobación.
Dependiendo de la financiación, eso podría tardar varios años, advirtió Redei. Si se aprueba, los costos del análisis se hallarían "en el rango de otras pruebas especializadas", comentó.
FUENTES: Eva Redei, Ph.D., David Lawrence Stein Research Professor of Psychiatric Diseases Affecting Children and Adolescents, Asher Center for the Study and Treatment of Depressive Disorders, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Glen Elliott, Ph.D., M.D., chief psychiatrist and medical director, the Children's Health Council, emeritus professor of clinical psychiatry, University of California, San Francisco, and professor of clinical psychiatry, Stanford School of Medicine, Calif.; Sept. 16, 2014, Translational Psychiatry, online.