Robert Preidt
Todos los estadounidenses mayores de 45 años deben recibir pruebas tanto para la diabetes tipo 2 como para la prediabetes, recomendó un grupo de trabajo de EE. UU.
"En las personas con un azúcar en sangre anómalo, los cambios en el estilo de vida, como comer de forma más saludable y hacer ejercicio con más frecuencia, pueden ayudar a prevenir o retrasar el inicio de la diabetes tipo 2. La mejor forma de hacerlo es participar en un programa que respalde esas conductas. Por eso recomendamos que las personas que tienen un riesgo más alto reciban las pruebas", planteó el Dr. Michael Pignone, miembro del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU., en un comunicado de prensa del panel de expertos sanitarios independientes.
El Dr. Spyros Mezitis, endocrinólogo e investigador clínico del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, respaldó la recomendación del grupo de trabajo.
"Dado que la diabetes y el factor que más contribuye a ésta, la obesidad, están ahora en niveles epidémicos en Estados Unidos, la recomendación del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. de realizar pruebas a todos los adultos con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 tiene sentido", aseguró Mezitis.
"Durante años, los médicos han evaluado la diabetes de forma rutinaria en todos los adultos a partir de los 45 años con una prueba de azúcar en ayunas que es sencilla y de bajo costo. Ampliar esas evaluaciones a todos los adultos mayores de 18 años con factores de riesgo de la diabetes, como la obesidad, los antecedentes familiares, ciertas etnias, hipertensión o niveles altos de colesterol, nos ayudará a detectar la diabetes o la prediabetes (que ahora se calcula que afecta a un tercio de la población de EE. UU.) mucho antes con una carga financiera baja", aseguró.
El Dr. Jeffrey Powell, jefe de la división de endocrinología del Hospital de Northern Westchester en Mount Kisco, Nueva York, añadió que "con una prevalencia tan alta de la diabetes, y con las complicaciones incapacitantes pero potencialmente prevenibles, tiene sentido evaluarla en la población general de adultos".
La cantidad de estadounidenses con diabetes tipo 2 ha aumentado de forma dramática en los últimos 15 años, junto con la epidemia de obesidad del país. En 2012, el 12 por ciento de los adultos tenían diabetes, y el 37 por ciento tenían prediabetes, que es una afección que incluye unos niveles de azúcar en sangre moderadamente elevados y que aumenta el riesgo de diabetes.
Las investigaciones recientes han sugerido que diagnosticar la prediabetes puede reducir las probabilidades de que una persona contraiga diabetes tipo 2 en un 47 por ciento si esa persona come de forma más saludable y hace más ejercicio, reportó el Boston Globe.
La última vez que el grupo de trabajo consideró el tema de las pruebas de la diabetes fue en 2008, cuando dijo que las pruebas de la diabetes solo eran necesarias para las personas con un riesgo más alto de enfermedad cardiaca debido a la hipertensión. En ese momento, no había mucha ciencia que respaldara los beneficios de evaluar a la población general, reportó el periódico.
"Desde entonces, han salido más evidencias sobre los beneficios de las intervenciones en el estilo de vida", declaró al Globe Pignone, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte. "Nuestra opinión es que se debe tener una intervención efectiva disponible para las personas a las que se evalúa".
"Los principales factores de riesgo de la diabetes y del azúcar anómalo en sangre son el aumento en la edad y la obesidad", comentó en el comunicado de prensa un miembro del grupo de trabajo, el Dr. William Phillips, profesor de medicina familiar de la Universidad de Washington, en Seattle.
"Los antecedentes familiares son otro factor de riesgo, por ejemplo tener un padre, hermano o hijo con diabetes tipo 2. En las mujeres, los factores de riesgo también incluyen los antecedentes de síndrome del ovario poliquístico o de diabetes en el embarazo. Ciertos grupos raciales y étnicos también tienen un mayor riesgo", explicó Phillips. El grupo de trabajo no fijó ninguna directriz sobre la edad para las personas en esos grupos de alto riesgo.
El Dr. Osama Hamdy, director médico del programa clínico de obesidad del Centro de la Diabetes Joslin en Boston, dijo al Globe que es probable que las nuevas recomendaciones conduzcan a una mayor detección de los niveles altos de azúcar en sangre en un momento en que todavía se pueda prevenir la diabetes.
"Debemos enfocarnos en la prevención, en lugar de solo tratar un problema", enfatizó Hamdy.
El borrón de la recomendación del grupo de trabajo aparece en su sitio web, y está abierto para el comentario público hasta el 3 de noviembre.
FUENTES: Spyros Mezitis, M.D., Ph.D., endocrinologist and clinical investigator, Lenox Hill Hospital, New York City; Jeffrey Powell, M.D., chief, division of endocrinology, Northern Westchester Hospital, Mount Kisco, N.Y.; U.S. Preventive Services Task Force.