Las personas que por lo demás están sanas y que están a punto de sentirse quemadas son más propensas a contraer enfermedades cardiacas, según una nueva investigación.
Los que sufren de lo que se conoce como agotamiento vital (una combinación tóxica de fatiga, irritabilidad y desmoralización) tienen un riesgo un 36 por ciento mayor de contraer enfermedades cardiacas, según los investigadores.
"En nuestras vidas, en las que cada vez tenemos más cosas que hacer, estamos sometidos a mucho estrés. Y creo que cuando ese estrés no se revisa durante un periodo de tiempo, puede empezar a desgastar nuestro bienestar psicológico y físico", dijo el coautor del estudio, el Dr. Randy Cohen, cardiólogo en el Centro Hospitalario Mount Sinai St. Luke's Roosevelt, de la ciudad de Nueva York.
Los resultados de esta investigación muestran que el agotamiento vital está a la par con otros factores de riesgo de las enfermedades cardiacas, incluyendo la depresión y la ansiedad, añadió Cohen.
El agotamiento vital va mucho más allá de la mera fatiga, señaló. Se produce cuando el estrés continuo empieza a tener un efecto en la capacidad de una persona de recuperarse de la fatiga.
"Se trata de esa sensación continua de fatiga, de falta de energía que prevalece incluso después de haber dormido bien por la noche, incluso cuando no se sufre ninguna enfermedad", dijo. Como resultado de esta fatiga prolongada, las personas se vuelven irritables y empiezan a sentirse desmoralizadas.
Los investigadores examinaron la relación entre el agotamiento vital y la primera vez que se sufre una enfermedad cardiaca al combinar los resultados de 11 estudios que contaron con más de 60,000 personas sin enfermedades cardiacas. Los estudios realizaron un seguimiento promedio de seis años y medio.
Incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo, el agotamiento vital siguió aumentando el riesgo de una persona sana de sufrir enfermedades cardiacas en aproximadamente un tercio, concluyeron los investigadores.
Los hallazgos del estudio serán presentados el lunes en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), en Chicago. Los hallazgos presentados en reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Estos resultados se suman a una gran cantidad de evidencias ya existentes que muestran que el estrés y la fatiga pueden afectar a la salud cardiaca de una persona, dijo el Dr. Richard Becker, jefe de la División de Salud y Enfermedades Cardiovasculares y director del Instituto del Corazón, el Pulmón y Vascular de la Universidad de Cincinnati.
"Dado que la comunidad de la cardiología es consciente desde hace un tiempo de que había algunas consideraciones de la personalidad que contribuyen a las enfermedades cardiacas, no veo que esto sea una novedad", dijo Becker.
El estrés y la fatiga pueden afectar a la salud cardiaca de dos maneras, dijeron Cohen y Becker.
El agotamiento por estrés puede afectar a los niveles de las hormonas del estrés, como la adrenalina y la serotonina, en el cuerpo. Estas hormonas pueden interferir en el sistema inmunitario de una persona y crear una inflamación en el cuerpo, explicaron los expertos.
"Sin duda se puede contar una historia biológica que suene bien y que relacione los contribuyentes psicológicos con las enfermedades cardiacas. Encajan bien juntas", dijo Becker.
Las personas que están sometidas a un estrés y una fatiga extremos tienden a realizar conductas que no son buenas para la salud, indicó Cohen. Quizá fumen o coman alimentos malsanos como modo de afrontar el estrés, por ejemplo.
Las personas que crean que sufren de agotamiento vital deberían tomar medidas para reducir el estrés de su vida, dijo Cohen. ¿Cómo? Que intenten hacer más ejercicio, comer una dieta saludable y poner en práctica técnicas de reducción del estrés, como el yoga o la meditación, sugirió.
Los médicos de atención primaria también pueden jugar un papel, al incluir el estrés y la fatiga entre los otros síntomas que observan cuando realizan los exámenes regulares a los pacientes, afirmaron Cohen y Becker.
"Quizá en su examen físico anual, los médicos podrían buscar algunas de estas características", dijo Becker. "Los médicos tienden a centrarse en los factores de riesgo como el colesterol y la hipertensión. Además de esas cosas, que son muy importantes, hay otras consideraciones que se deben tener en cuenta para de verdad abordar a una persona de forma completa".
FUENTES: Randy Cohen, M.D., cardiologist, Mount Sinai St. Luke's and Mount Sinai Roosevelt hospitals, New York City; Richard Becker, M.D., chief, Division of Cardiovascular Health and Disease, and director and physician-in-chief, Heart, Lung and Vascular Institute, University of Cincinnati; Nov. 17, 2014, presentation, American Heart Association annual meeting, Chicago.