Se necesita de una gestión adecuada

Las interacciones de medicamentos son comunes entre los niños hospitalizados

Las combinaciones de fármacos pueden causar efectos secundarios o reducir la efectividad del tratamiento.

Fuente: Medlineplus

Cuando los niños terminan en el hospital, con frecuencia reciben medicamentos múltiples que podrían interactuar entre sí de formas potencialmente nocivas, halla un estudio sobre los hospitales de EE. UU.

Los investigadores encontraron que entre casi 500,000 niños y adolescentes que fueron hospitalizados en 2011, a casi la mitad les dieron combinaciones de fármacos que podrían tener interacciones potenciales.

Esas interacciones podrían en potencia aumentar el riesgo de efectos secundarios, como la sedación o la supresión de la respiración. Pero la mayor preocupación podría ser que un medicamento pueda reducir la efectividad de otro, apuntó el investigador líder, el Dr. Chris Feudtner, del Hospital Pediátrico de Filadelfia.

Pero Feudtner enfatizó que aunque el estudio encontró muchos casos de interacciones farmacológicas potenciales, no está claro con qué frecuencia los niños en realidad sufrieron daños.

"No quiero que los padres de los niños hospitalizados crean que no deben recibir ningún fármaco", dijo Feudtner. "Enfáticamente, ese no es el mensaje".

Un motivo es que los niños hospitalizados por lo general están muy enfermos y necesitan múltiples fármacos. Feudtner dijo que otro motivo es que les están vigilando de forma constante, de manera que los efectos secundarios de los fármacos se pueden detectar y gestionar.

De hecho, Feudtner comentó que los hallazgos resaltan la necesidad de sistemas "más racionales" para advertir a los médicos sobre las interacciones farmacológicas potencialmente graves.

Actualmente, los hospitales cuentan con sistemas electrónicos que dan alertas cuando a un paciente se le están administrando medicamentos que interactúan entre sí. Pero dado que muchos medicamentos tienen ese potencial, con frecuencia los médicos se ven inundados de alarmas. Los médicos podrían terminar ignorando esas alarmas debido a la "fatiga de las alertas", sugiere la información de respaldo del estudio.

Feudtner lo llamó el problema de "Pedrito y el lobo".

El estudio, que aparece en la edición en línea del 15 de diciembre de la revista Pediatrics, se basa en un año de registros administrativos de 43 hospitales pediátricos de EE. UU. El equipo de Feudtner buscó interacciones farmacológicas potenciales en el caso de cada paciente al revisar un sistema estándar de alertas utilizado por los hospitales.

En general, el 49 por ciento de los niños recibieron al menos una combinación de fármacos con interacciones potenciales. Los analgésicos opiáceos, como la morfina y la oxicodona, eran los fármacos más frecuentemente involucrados, seguidos por los antibióticos y otros antiinfecciosos, según el estudio.

Los efectos secundarios potenciales, según el equipo de Feudtner, incluyen problemas para respirar, sangrados, una menor absorción del hierro y sedación. Pero los investigadores no tenían información sobre la frecuencia con que surgieron efectos secundarios realmente.

Pero otros estudios han sugerido que las reacciones farmacológicas adversas reales son mucho menos comunes que la tasa de interacciones potenciales de este estudio, dijo Feudtner.

Un especialista en farmacología que revisó el estudio dijo que para el personal hospitalario, los hallazgos resaltan la importancia de estar conscientes de las interacciones farmacológicas potenciales. Pero las decisiones sobre el tratamiento en última instancia descansan sobre las circunstancias del niño individual, apuntó Enrico Ligniti, director de servicios farmacológicos pediátricos del Centro Médico Pediátrico Cohen en New Hyde Park, Nueva York.

"Siempre será un equilibrio, porque cada individuo es único", aseguró Ligniti.

Pero los padres no deben sentirse impotentes, según Ligniti. "Siempre tiene el poder de hacer preguntas sobre los medicamentos y sus efectos secundarios", aseguró. "Y siéntase en la libertad de hablar con el farmacéutico del hospital".

"Usted es el mayor defensor de su hijo", dijo Ligniti.


FUENTES: Chris Feudtner, M.D., Ph.D., M.P.H., director, medical ethics, Children's Hospital of Philadelphia; Enrico M. Ligniti, Pharm.D., director, pediatric pharmacy services, Cohen Children's Medical Center, New Hyde Park, N.Y.; Jan. 2015 Pediatrics