Hace mucho que se cree que el yoga mejora la salud general, pero unas evidencias crecientes muestran que la antigua práctica podría también ayudar al corazón, halla una revisión reciente.
De hecho, los beneficios fueron similares a los del ejercicio convencional como caminar a un paso vivo, aseguró la investigadora líder, Paula Chu, candidata doctoral del Programa de Políticas de la Salud de la Universidad de Harvard, en Boston.
La revisión de 37 ensayos clínicos halló que las personas asignadas al azar a tomar clases de yoga observaron mejoras en su peso, presión arterial y colesterol.
"Este hallazgo sugiere que [las personas] que sufren de alguna limitación física no tienen que 'caminar sin parar' para mejorar su perfil de riesgo cardiovascular", dijo Chu.
Pero hasta ahora los estudios han variado respecto a la calidad, y han sido relativamente pequeños y a corto plazo, informa el equipo de Chu en la edición del 16 de diciembre de la revista European Journal of Preventive Cardiology.
"Creemos que hay evidencia promisoria sobre el efecto del yoga en la mejora de los factores de riesgo cardiovascular", afirmó Chu. Pero dadas las limitaciones de la investigación, añadió que "nos abstenemos de sacar ninguna conclusión definitiva".
Un factor que complica el tema es que hay muchos tipos distintos de yoga, desde unos estiramientos suaves y trabajo con la respiración hasta sesiones más rigurosas que requieren de bastante fuerza y flexibilidad.
Los tipos de yoga evaluados en los ensayos de la revisión variaron, así como la frecuencia de las clases y las personas que participaron. Algunos estudios incluyeron a personas sanas de veinte y tantos años, mientras que otros se enfocaron en adultos mayores con factores de riesgo cardiaco, como la hipertensión.
Así que no está claro si un tipo de yoga es mejor que los demás, o con qué frecuencia deben las personas practicar la disciplina para experimentar los beneficios, según los investigadores.
Pero en general, dijo Chu, el yoga fue "bien aceptado" tanto por los mayores como por los jóvenes, y ofreció beneficios cardiovasculares sin importar la edad.
La revisión halló que, en promedio, las personas que practicaban yoga redujeron cinco puntos de su presión arterial, y 12 puntos de su colesterol LDL (el tipo "malo"). También perdieron un promedio de cinco libras (casi 2.3 kilos).
Un cardiólogo que revisó el estudio dijo que los hallazgos son alentadores.
"Esto muestra que el yoga sí tiene beneficios cardiovasculares", afirmó el Dr. Lawrence Phillips, profesor asistente de medicina del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
Pero Phillips dijo que no llegaría a decir que el yoga es igual de bueno que caminar a paso vivo, montar bicicleta u otras formas convencionales de ejercicio que se han estudiado mejor.
"Y no querría que la gente piense que el yoga, ni ninguna forma de ejercicio, reemplaza a ninguno de los fármacos que necesita", enfatizó Phillips.
Aclarado ese tema, anotó que el yoga puede hacer más que solo mover el cuerpo... es una práctica de "cuerpo y mente" que puede también ayudar a reducir el estrés y a calmar al sistema nervioso.
Según el equipo de Chu, esos efectos sobre el sistema nervioso podrían ser uno de los motivos de que el yoga tenga beneficios cardiovasculares.
Si a las personas les interesa el yoga para mejorar la salud, podría valer la pena probarlo, dijo Chu.
Añadió que "por supuesto, no todos los tipos de yoga son adecuados para todas las poblaciones. Los individuos deben consultar al médico antes de comenzar con un plan de ejercicio, o hablar con un profesional sobre qué estilo de yoga es adecuado para ellos".
Phillips se mostró de acuerdo en que las personas deben saber en qué se están metiendo antes de tomar una clase de yoga, sobre todo si tienen limitaciones físicas o afecciones médicas. Y lo recomendable es que incluso las personas relativamente sanas comiencen desde el principio.
"Asegúrese de asistir a una clase de principiantes, y de informar a la gente del centro de que es nuevo en el yoga", aconsejó Phillips. "Y recuerde que no tiene que hacer todo lo que se ofrece en la clase".
En cuanto al costo, una clase en un centro de yoga puede costar de 15 a 20 dólares, o más. Pero Phillips anotó que a medida que la popularidad del yoga crece cada vez más, hay opciones de más bajo costo disponibles, por ejemplo en centros para adultos mayores, hospitales y otros lugares.
FUENTES: Paula Chu, Ph.D. student, health policy, Harvard School of Public Health, Boston; Lawrence Phillips, M.D., assistant professor, medicine, NYU Langone Medical Center, New York City; Dec. 16, 2014, European Journal of Preventive Cardiology