Las personas que son "resistentes" a la aspirina podrían estar en riesgo de unos accidentes cerebrovasculares (ACV) más grandes y más graves, informan unos investigadores de Corea del Sur.
Con frecuencia, los médicos recetan aspirina en dosis bajas a las personas con un riesgo alto de ACV, porque el fármaco ayuda a prevenir los coágulos sanguíneos. Pero en alrededor del 28 por ciento de los pacientes de ACV del nuevo estudio, la aspirina no evitó que la sangre se coagulara. Y sus ACV fueron peores que los ACV sufridos por los usuarios de aspirina que no eran resistentes al fármaco.
"La resistencia a la aspirina es un predictor importante de un ACV grave y grande en los pacientes que toman aspirina antes de sufrir un ACV", señaló la investigadora líder, la Dra. Mi Sun Oh, del departamento de neurología del Colegio de Medicina de la Universidad de Hallym, en Seúl.
No se sabe qué causa la resistencia a la aspirina. Otros estudios han encontrado que entre el 5 y el 45 por ciento de los pacientes tienen este problema, pero los médicos no hacen pruebas rutinarias para detectarlo.
Los coágulos pueden desprenderse y desplazarse al cerebro, provocando ACV "isquémicos", el tipo más común de accidente cerebrovascular. Este estudio sugiere que las personas que son resistentes a la aspirina quizá necesiten otro fármaco para prevenir los coágulos peligrosos, apuntó Oh.
"En los pacientes con un riesgo alto de ACV y resistencia a la aspirina, se pueden considerar otros anticoagulantes (como clopidogrel) como alternativas para prevenir otro ACV o reducir la gravedad del ACV", planteó Oh.
Los hallazgos del estudio se publicaron el 23 de febrero, antes de su presentación oficial en abril en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology) en Washington, D.C. Los datos y conclusiones presentados en reuniones por lo general se consideran como preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.
El Dr. Ralph Sacco, catedrático de neurología de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, dijo que la nueva investigación ilumina la relación entre la aspirina y el ACV. Estudios anteriores han sugerido que los pacientes que tomaban aspirina cuando tuvieron su ACV podrían sufrir unos ACV más pequeños y menos graves. Esto podría indicar que esas personas no son resistentes a la aspirina. "Este estudio encaja con esa premisa", aseguró Sacco. El motivo de que esto suceda es desconocido, añadió.
"Una forma en que la aspirina funciona es al evitar que las plaquetas se aglomeren, y esto podría significar que los coágulos que se liberan y que bloquean las arterias del cerebro son más pequeños y conducen a unas áreas de lesión cerebral más pequeñas", especuló Sacco.
"Aunque no evaluamos la resistencia a la aspirina de forma rutinaria, en la era futura de medicina dirigida quizá mejoremos la capacidad de evaluar si alguien es resistente a la aspirina y elijamos fármacos con una mayor precisión", dijo.
Para el estudio, Oh y sus colaboradores evaluaron a 310 pacientes que habían estado tomando aspirina durante al menos siete días antes de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico. Se evaluó la resistencia a la aspirina en un plazo de 24 horas tras la admisión al hospital.
Los investigadores encontraron que casi el 28 por ciento de los pacientes eran resistentes a la aspirina. Sus ACV variaron entre un 3 y un 11 en una puntuación de gravedad del ACV, frente a puntuaciones de 1 a 6 entre los que respondían a la aspirina.
Además, los accidentes cerebrovasculares de los pacientes resistentes a la aspirina afectaron más o menos al doble del área cerebral que los ACV de los pacientes que respondían a la aspirina, halló el estudio.
FUENTES: Mi Sun Oh, M.D., assistant professor, department of neurology, Hallym University College of Medicine, Seoul, South Korea; Ralph Sacco, M.D., chairman, neurology, University of Miami Miller School of Medicine; Feb. 23, 2015, news release, American Academy of Neurology