Un procedimiento que administra el anestésico lidocaína (Xilocaína) directamente en la parte trasera de la cavidad nasal parece ofrecer un alivio significativo a las personas que sufren de migrañas, indica una investigación preliminar.
Los hallazgos iniciales sugieren que un solo tratamiento ambulatorio puede reducir los niveles de dolor por la migraña en alrededor de un 35 por ciento durante hasta un mes tras el procedimiento, según este pequeño estudio, que continúa en curso.
La técnica es "una opción de tratamiento mínimamente invasivo", aseguró el autor líder del estudio, el Dr. Kenneth Mandato, radiólogo vascular e intervencionista del Centro Médico Albany en Albany, Nueva York. Añadió que considera el nuevo procedimiento como "una alternativa clara y sencilla" a los tratamientos estándar para la migraña.
"Esta opción de aerosol nasal es segura, cómoda e innovadora", dijo Mandato.
En el nuevo estudio, su equipo se enfocó en 112 pacientes con una edad promedio de 45 años. Todos habían sido diagnosticados con migrañas o con otro tipo de dolor de cabeza muy intenso (y que ocurre de forma cíclica) conocido como cefaleas en racimos.
Antes de participar en el estudio, se pidió a los pacientes que indicaran sus niveles de dolor según una escala estandarizada de 1 a 10. Las puntuaciones de dolor antes del tratamiento eran, en promedio, de más de 8, dijo Mandato.
Todos los participantes se sometieron a una sesión de "terapia guiada por imágenes", en que se insertó un catéter del tamaño de un espagueti a través del agujero de la nariz hacia el pasaje nasal, para administrar una dosis de lidocaína al centro nervioso conocido como ganglio esfenopalatino. Entonces, la acción se repitió en el agujero nasal contrario, según los investigadores.
Mandato enfatizó que nadie del estudio necesitó sedación para someterse al procedimiento.
El conjunto de nervios objetivo "se parece a un complejo cruce de autopista con muchas señales [nerviosas] y salidas que van en todas las direcciones", explicó Mandato. Y, dijo, la esperanza era que la lidocaína en esencia haría un cortocircuito a la vía que causa el dolor de cabeza en ese conjunto.
El día tras el procedimiento, los niveles promedio de migraña habían bajado de más o menos 8 a poco más de 4. Las puntuaciones de dolor de cabeza aumentaron solo de forma marginal tras el procedimiento, y llegaron a un promedio de poco más de 5 al mes tras el procedimiento, según el estudio.
Pero el procedimiento no ayudó a todos. Siete pacientes (más o menos el 6 por ciento) no lograron ningún beneficio del tratamiento, hallaron los investigadores. Pero el 88 por ciento de los participantes del estudio reportaron necesitar menos analgésicos estándares tras el procedimiento.
Los investigadores reconocieron que este procedimiento es una solución temporal que habría que repetir. Mandato dijo que su equipo sigue monitorizando a los pacientes para ver qué tan bien se mantiene el método del aerosol nasal hasta los seis meses.
El Dr. Richard Lipton, director del Centro del Dolor de Cabeza Montefiore en la ciudad de Nueva York, describió los hallazgos como "muy dramáticos".
"Hay unas inmensas necesidades terapéuticas sin satisfacer en la migraña crónica, como también es inmenso el uso excesivo de fármacos", anotó. "Cuando el organismo se acostumbra a recibir un supresor crónico para el dolor de cabeza, el paciente puede experimentar un rebote ante la ausencia de ese supresor. Entonces, desarrollar un tratamiento efectivo que pueda reducir la necesidad de medicamentos agudos sería muy valioso", explicó Lipton.
"Estos resultados parecen muy promisorios", añadió Lipton. "Por supuesto, está por verse si el beneficio demostrado ya observado se sostiene durante un periodo más largo y en un grupo más grande de pacientes".
Mandato y sus colaboradores presentaron sus hallazgos el domingo en la reunión anual de la Sociedad de Radiología Intervencionista (Society of Interventional Radiology), en Atlanta. Los hallazgos presentados en reuniones generalmente se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
El estudio no recibió patrocinio del sector privado.
FUENTES: Kenneth Mandato, M.D., vascular and interventional radiologist, Albany Medical Center, Albany, N.Y.; Richard B. Lipton, M.D., director, Montefiore Headache Center and professor of neurology, Albert Einstein College of Medicine, New York City; March 1, 2015, Society of Interventional Radiology meeting, Atlanta