Un nuevo estudio sugirió que las personas que se divorcian enfrentan un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que aquellas que permanecen en la dicha matrimonial, pero volverse a casar puede no ser el remedio, al menos para las mujeres.
Investigadores de la Universidad de Duke encontraron que entre los casi 16,000 adultos estadounidenses seguidos durante dos décadas, quienes se divorciaron en algún punto tuvieron un riesgo más alto de sufrir un ataque al corazón que los que siguieron casados.
La conexión pareció más fuerte entre las mujeres, pero no hubo evidencia de que un segundo matrimonio mejorara su situación. Las mujeres que se volvieron a casar seguían siendo 35 por ciento más propensas a sufrir un ataque al corazón que aquellas que se quedaron con su primer esposo.
El estudio, publicado el 14 de abril en la revista Circulation: Cardiovascular Quality Outcomes, no demuestra que el divorcio cause los problemas cardiacos de la persona. Podrían existir otras razones para esta asociación, según los expertos.
Por otro lado, también existen razones por las cuales el divorcio podría afectar la salud cardiaca de algunas personas, dijo el Dr. Gregg Fonarow, profesor de medicina y ciencia cardiovascular en la Universidad de California, en Los Ángeles.
Primero, está el estrés, tanto emocional como financiero, apuntó Fonarow, quien no estuvo involucrado en el estudio.
Más allá de eso, dijo, una vez que termina un matrimonio, algunas personas podrían abandonar sus hábitos saludables, como puede ser comer una dieta balanceada, no fumar y acudir a revisiones médicas regulares.
Independientemente de la explicación detrás de los resultados, Fonarow sugirió que la gente esté al tanto del vínculo entre el divorcio y el bienestar del corazón.
"Las personas podrían querer valorar y medidas proactivas para mejorar su salud cardiovascular", dijo.
El investigador principal Matthew Dupre coincidió.
"Por ejemplo, las mujeres divorciadas, particularmente aquellas que pasan por múltiples divorcios, podrían verse beneficiadas de pruebas de detección adicionales o de un tratamiento para la depresión", dijo Dupre, profesor asociado de medicina comunitaria y familiar de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte.
Eso se debe a que su equipo encontró que los síntomas de la depresión parecen explicar parcialmente el vínculo entre el divorcio y el riesgo de un ataque al corazón en las mujeres.
Los resultados se basan en casi 16,000 adultos estadounidenses entre los 45 y 80 años de edad, a quienes se dio seguimiento de 1992 a 2010. En el inicio, todos eran casados, viudos o habían atravesado al menos un divorcio.
Durante el periodo del estudio, 8 por ciento sufrió un ataque al corazón, con un riesgo más alto entre las personas que se habían divorciado, comparadas con quienes seguían casados.
Entre las mujeres, aquellas que se habían estado divorciados una vez eran 25 por ciento más propensas a sufrir un ataque al corazón, mientras que las que habían atravesado múltiples divorcios enfrentaban un riesgo 77 por ciento más alto de sufrir un infarto al miocardio.
Para los hombres, los rompimientos parecen tener menos impacto en el corazón, encontraron los investigadores.
El riesgo de un ataque al corazón se elevó (en un 30 por ciento) solamente entre los hombres que se habían divorciado al menos en dos ocasiones. Y una vez que los hombres se volvieron a casar, ese incremento desapareció.
Dupre dijo que su equipo tomó en consideración una serie de factores, como la educación, el ingreso y la calificación de las personas en el estándar de medición de la depresión.
Pero, añadió, "nos faltó información sobre varios factores potencialmente importantes que sospechamos pudieron haber contribuido a los riesgos relacionados con el divorcio".
Estos, dijo Dupre, incluyen ansiedad, pérdida de amigos u otros "apoyos sociales" y cambios en el estilo de vida que pueden afectar la salud del corazón.
Los resultados abren otras preguntas, por ejemplo, ¿por qué las mujeres se ven más afectadas y por qué volverse a casar no sirvió como protección?
"Esperábamos que las mujeres que se volvieron a casar tuvieran riesgos de ataques al corazón más similares a los de mujeres casadas de manera estable que a los de mujeres que seguían divorciadas", dijo Dupre. "Pero ese no fue el caso".
Fonarow dijo que los distintos resultados entre las mujeres y los hombres son "interesantes", pero tienen explicación por el momento.
Otra pregunta es si los resultados en este grupo de estudio, cuyos participantes nacieron entre 1930 y 1940, seguirían siendo ciertos para estadounidenses más jóvenes. Pero al menos en este grupo, dijo Dupre, no hubo ninguna evidencia de que el vínculo entre el divorcio y los ataques al corazón se debilite con el tiempo, ya que la tasa de divorcio en los Estados Unidos incrementó y las separaciones matrimoniales dejaron de ser tabú.
De acuerdo con Dupre, el mensaje principal es que el "estrés social", incluyendo el divorcio, podrían "meterse bajo nuestra piel y dañar nuestros corazones".
Dijo que ese conocimiento podría ayudar a los médicos a identificar pacientes con riesgos más altos de sufrir problemas cardiacos.
FUENTES: Matthew Dupre, PhD, profesor asociado, medicina comunitaria y familiar, Escuela de Medicina de la Universidad de Duke, Durham, N.C.; Gregg Fonarow, M.D., profesor, medicina y ciencia cardiovascular, Universidad de California, Los Ángeles, Escuela de Medicina David Geffen; Circulation: Cardiovascular Quality Outcomes